El nombre de Keir Johnston resuena en medios de todo el mundo luego de que, hace casi una década, el ciudadano escocés se hiciera conocido al compartir una imagen con una pregunta que acaparó todas las conversaciones: “¿De qué color es este vestido, azul o dorado?”. Sin embargo, en esta ocasión el motivo de su trascendencia es que fue condenado a cuatro años de presión por agredir violentamente a su exesposa.
El violento episodio ocurrió en la vivienda de la pareja ubicada en la isla de Colonsay, Escocia. El 6 de marzo de 2022, Johnston arribó ebrio a su casa tras haber estado bebiendo en un pub. Tras una discusión con su esposa, el británico la arrojó al piso, se sentó sobre ella y comenzó a estrangularla
En un momento, la víctima pudo zafarse de su agarre y comenzó a gritar pidiendo ayuda. Fue allí cuando una persona pudo auxiliarla. No obstante, Johnston tomó un cuchillo, intentó atacarla y exclamó “alguien va a morir”. De acuerdo con lo informado por el medio The Guardian, el hombre de 38 años también habría querido autolesionarse.
Fue la intervención de un tercero en el hecho la que salvó a la mujer. Luego de que el hecho fuera llevado a la justicia, el Tribunal Superior de Glasgow condenó a Johnston a 54 meses de cárcel y se le impuso una orden de no acoso por 10 años. Inicialmente, la condena era de 60 meses, pero fue reducida por el reconocimiento de culpabilidad del agresor.
En este sentido, el abogado del escocés, Marco Guarino, había solicitado una sentencia no carcelaria argumentando que Johnston había buscado ayuda para corregir su comportamiento tras el brutal episodio. No obstante, la jueza Lady Drummond consideró que “la única sentencia apropiada para un crimen de tal gravedad es la prisión”.
Asimismo, la magistrada hizo hincapié en las secuelas emocionales y psicológicas que el episodio dejó en la víctima y señaló que si bien “el estrangulamiento duró 20 segundos” (...) “los efectos de (las acciones de Johnston) durarán para siempre”, según reportó BBC.
En 2015, Johnston se había vuelto conocido mundialmente al compartir una imagen de ilusión óptica de un vestido al que muchos veían de color blanco y dorado, y otros con la combinación de azul y negro. La publicación se viralizó de tal manera que, por varias semanas, fue de lo único que se hablaba e incluso generó acalorados debates.
Incluso, la imagen llegó a ser vista por decenas de celebridades, lo que le aseguró a Keir Johnston un asiento en el sofá de la reconocida comediante y conductora de televisión, Ellen Degeneres.