Durante el lunes por la noche, Barbados se convirtió oficialmente en una república en una ceremonia en la que la reina Isabel II dejó de ser la jefa de Estado de la isla.
Independiente del Reino Unido desde 1966, Barbados celebró su transición de monarquía a república después de unos cuatro siglos de sumisión a la monarquía británica.
La isla conocida por sus playas paradisíacas, su ron y por ser la cuna de la superestrella mundial Rihanna, tiene como jefa de Estado a una mujer, Sandra Mason, hasta ahora gobernadora general del país, tras su elección el 21 de octubre.
Mason juró su cargo la medianoche del lunes en la capital del país, Bridgetown, en una ceremonia oficial en la que también se sustituyó el estandarte real por la bandera presidencial.
“Yo, Sandra Prunella Mason, juro ser fiel y guardar verdadera lealtad a Barbados de acuerdo con la ley, con la ayuda de Dios”, dijo la nueva presidenta.
En uno de los primeros actos de la nueva república, la primera ministra Mia Mottley otorgó a Rihanna el título de héroe nacional por haber infundido “imaginación al mundo (...) y, por encima de todo, por su extraordinario compromiso con su tierra de nacimiento”.
La ceremonia, a la que asistieron el príncipe Carlos, hijo mayor de Isabel II, y Rihanna, no estuvo abierta al público, a pesar de que se había suspendido el toque de queda por la pandemia para que los residentes pudieran disfrutar de los festejos, que incluyeron fuegos artificiales en toda la isla.
“No estoy muy emocionado de que Barbados se convierta en una república, simplemente porque la gente realmente no sabe realmente que nos estamos convirtiendo en una república”, dijo Ian Trotman, un fabricante de textiles de 58 años que echó de menos una campaña informativa para los habitantes.
Barbados sigue siendo miembro de la organización de la Commonwealth, como señaló el lunes el primer ministro británico, Boris Johnson, en un comunicado.
“Seguiremos siendo amigos y aliados incondicionales, aprovechando las afinidades y conexiones duraderas entre nuestros pueblos y el vínculo especial del Commonwealth”, escribió Johnson.
Durante su estancia en Barbados, el príncipe de Gales fue foco de críticas por unos comentarios que supuestamente hizo hace unos años sobre el color de piel de los futuros hijos de su hijo Harry y Meghan Markle.
Las declaraciones, recogidas en un libro que se publicará el martes, fueron desmentidas por la oficina del príncipe Carlos: “Esto es ficción y no merece más comentarios”, dijo un portavoz de la corona británica.
Los problemas de la influencia británica y el racismo fueron dos elementos clave en la decisión de Barbados de convertirse en república, ya que el legado de siglos de esclavitud sigue marcado a fuego en la isla.