El domingo los colombianos participarán en unas elecciones en las que coinciden varios elementos que hacen que tengan una connotación histórica. Será la primera vez que se elegirán 16 víctimas como congresistas y tres candidatos presidenciales que, entre otras cosas, podrían ser los favoritos para hacerse con la Casa de Nariño el próximo 29 de mayo. La jornada, además, definirá la composición del legislativo, conformado por 108 senadores y 188 representantes a la cámara, del que se prevé que puede tener un cambio relevante con respecto a su actual mayoría oficialista.
Andrés Dávila Ladrón de Guevara, profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana en Colombia, considera que es probable un cambio en la composición del Congreso. De entrada, explica que 48 de los actuales senadores no se presentaron a las elecciones lo que implica “una renovación automática”. Dávila menciona que el cambio en la composición de fuerzas también es viable en la perspectiva que los partidos que han acompañado al Gobierno de Iván Duque, Centro Democrático, La U y eventualmente Cambio Radical, perderán algunos escaños.
Para el experto se va a mantener, sin embargo, la fragmentación del sistema político en muchos partidos “sin que haya uno dominante”. Al referirse a las consultas para la elección de tres candidatos presidenciales, el analista mencionó que han llamado la atención por ser la primera vez que se da ese fenómeno en Colombia con el adicional de que salvo el exalcalde Bogotá y senador Gustavo Petro, por la del Pacto Histórico de tendencia izquierdista, no se sabe quien las ganará. Las encuestas, no obstante, se inclinan por un triunfo amplio de Petro en la izquierda y uno muy apretado del exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo (en la consulta de centro) y del exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez (en la elección de un sector de la derecha).
Otro de los aspectos que les da un aura de históricos a estos comicios es la elección de 16 víctimas como representantes a la cámara por igual número de circunscripciones que quedaron delimitadas en el acuerdo de paz firmado en 2016 por haber sido escenario de la violencia y el conflicto en Colombia. Para el profesor titular la elección de las curules de paz es histórica “en el buen y mal sentido”. “En el bueno si se quiere ser optimista se resalta que es la primera vez que se les da espacio a las víctimas, a las zonas más afectadas por el conflicto”. ”Pero en la práctica, (...) se han implementado con la presencia de figuras muy contradictorias y con muchas dificultades para que las víctimas puedan hacer campaña, luchar y competir electoralmente de manera transparente”, lamentó Dávila.