El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, instó este martes a Estados Unidos a “revocar de inmediato las supuestas sanciones contra los funcionarios chinos”. ”De lo contrario, la parte china tomará contramedidas recíprocas en respuesta”, advirtió Wang durante una rueda de prensa.
Las declaraciones de Wang se producen un día después de que el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, anunciase nuevas restricciones de visado contra funcionarios chinos por su participación en la violación de los derechos humanos de grupos minoritarios étnicos y religiosos, disidentes y otros dentro y fuera de China. Wang aseguró que las acusaciones de EEUU están “llenas de prejuicios ideológicos, mentiras políticas y difamación contra China” y califico de “sin sentido” las sanciones impuestas a sus funcionarios.
El portavoz manifestó que las sanciones “contravienen el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales e interfiere gravemente en los asuntos internos de China”. “Las rechazamos firmemente”, agregó. Wang señaló que “las peores violaciones de derechos humanos en el mundo fueron cometidas nada menos que por Estados Unidos a lo largo de su historia” y lo acusó de haber “asediado, expulsado y asimilado a los nativos americanos física, geográfica y culturalmente”.
Según datos de la ONU, al menos un millón de uigures son retenidos contra su voluntad en lugares que Pekín llama “centros de formación profesional” y la comunidad internacional define como “campos de reeducación”. Si bien la ONU y otras organizaciones internacionales han reiterado sus llamados para que se abran los campamentos para su inspección, China ha permitido que un pequeño número de diplomáticos y periodistas extranjeros visiten algunos de sus centros designados.
Varios países han acusado a China de limpieza étnica de los uigures en Xinjiang. Pekín ha negado haber actuado mal y ha calificado las acusaciones de “mentiras y de ser un virus político”.