El presidente de Chile, Gabriel Boric, culminó el jueves su primera jornada de gira por la región de La Araucanía con víctimas de violencia rural, en un día marcado por múltiples ataques incendiarios que se registraron a lo largo de la zona.
Boric se reunió con representantes de la organización “Primero las Víctimas” en Angol, quienes le manifestaron la necesidad de “vivir tranquilos y en paz” en uno de los puntos más críticos de la región, donde un conflicto territorial enfrenta a comunidades indígenas, empresas forestales y al Estado.
“(...) el Presidente quedó conmovido con nuestras historias, porque es distinto escucharnos desde Santiago que en persona”, señaló después del encuentro Lissette Ovalle, hija del agricultor Joel Ovalle, asesinado en un ataque en enero pasado. En la zona son frecuentes los ataques incendiarios a maquinaria y predios, y el conflicto ha costado la vida a un gran número de comuneros mapuches a manos de agentes del Estado, registrándose además la muerte de policías y huelgas de hambre de indígenas presos.
Hechos como estos no estuvieron ausentes durante la gira de Boric en la zona: desde la madrugada, diversos ataques perpetrados por desconocidos afectaron rutas y predios forestales, registrándose la quema de camiones y máquinas en Galvarino, Cañete y otras comunas.
En La Araucanía y otras zonas del sur de Chile existe el llamado “conflicto mapuche”, que enfrenta a comunidades indígenas con empresas agrícolas y forestales que explotan tierras ancestrales. El pueblo mapuche, la etnia más numerosa de Chile, reclama las tierras que habitaron antes de que fueran ocupadas por el Estado a fines del siglo XIX, en un proceso llamado oficialmente “la pacificación de La Araucanía”. Las tierras hoy están en manos de empresas forestales de poderosos grupos económicos.
El mensaje presidencial de Boric se enfocó en la mejora en la calidad de vida de los habitantes de La Araucanía, con políticas sociales y económicas que impulsen la región como garantizar la seguridad.