Los padres de Madeleine McCann, Kate y Gerry McCann, perdieron el caso judicial contra el ex detective portugués Gonzalo Amaral, el cual los implicó en la desaparición de su hija hace ya 15 años.
Según informa Sky News, los McCann afirmaron que su derecho al respeto de la vida privada y familiar, establecido en el artículo 8, había sido violado después de que el ex detective Amaral afirmara en su libro “Maddie, la verdad de la mentira” que habían estado involucrados en la desaparición de Madeleine en 2007.
El antiguo inspector jefe de la Policía Judicial portuguesa fue el coordinador de operaciones del caso Madeleine McCann durante apenas seis meses, entre mayo y octubre de 2007, fecha en la que fue apartado de la investigación por sus críticas a la policía británica. Desde entonces el expolicía defendió insistentemente la culpabilidad de los padres en la muerte de la niña, en contra de la investigación oficial, cuyo principal sospechoso es el violador alemán Christian Brueckner, recientemente imputado.
El caso se prolongó durante años, hasta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que no hubo violación del derecho a la vida privada de los McCann.
El tribunal dijo que cualquier daño a su reputación habría surgido del hecho de que habían sido sospechosos en el caso, no del libro de Amaral.
Amaral fue el principal detective que investigó la desaparición de Madeleine en Portugal, pero fue retirado del caso después de sus duras críticas a la policía británica. En su libro, publicado en 2008, implicó a los McCann en el secuestro de su hija y los acusó de ocultar su cuerpo, detalla Clarín.
Las 216 páginas del libro, que vendió 120.000 copias durante sus dos primeras semanas en las librerías portuguesas, apoyan la tesis de que los progenitores simularon el rapto de McCann y ocultaron su cadáver.
La familia estaba de vacaciones en Praia da Luz, en la región portuguesa del Algarve, cuando Madeleine, que entonces tenía tres años, desapareció de su habitación de hotel.
Un tribunal de Lisboa ordenó a Amaral que pagara a los McCann 500.000 euros por daños y perjuicios por difamación en 2015, pero la decisión fue anulada por la Corte Suprema de Portugal en 2017.
En la última sentencia, el TEDH considera que, “aun suponiendo que la reputación de los demandantes hubiera sido dañada, esto no se debía al argumento esgrimido por el autor del libro, sino a las sospechas expresadas contra ellos, lo que los llevó a ser investigados en el curso de la investigación penal (la oficina del fiscal decidió no tomar más medidas en julio de 2008) y provocó una intensa atención de los medios y mucha controversia”.
Un caso emblemático
Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007 poco antes de su cuarto cumpleaños, en Praia da Luz, un balneario del sur de Portugal, donde se hallaba de vacaciones con sus padres y un grupo de amigos.
Su desaparición dio lugar a una campaña internacional excepcional para intentar hallarla. Las fotos de Maddie, con su pelo castaño y sus grandes ojos claros, dieron la vuelta al mundo.
Tras 14 meses de investigaciones, marcadas en especial por la imputación de los padres, antes de ser exculpados, la policía archivó el caso en 2008, pero volvió a abrirlo cinco años después.
Hubo que esperar hasta junio de 2020 para que el caso se acelerara súbitamente, cuando la fiscalía de Brunswick (Alemania) anunció haber llegado a la convicción de que la niña estaba muerta y que el sospechoso era un hombre de 43 años, detenido en Kiel (norte de Alemania) por otro caso. Este sospechoso fue imputado en abril a solicitud de la justicia portuguesa.