El Congreso estadounidense está viviendo estos días una situación insólita: tras recuperar el poder en la Cámara de Representantes después de las elecciones del pasado noviembre, los miembros del Partido Republicano no se ponen de acuerdo para elegir al presidente del Legislativo.
Kevin McCarthy, el líder del partido en la Cámara Baja durante los últimos años en la oposición, parecía la figura más indicada para suceder a la demócrata Nancy Pelosi, pero tras nueve votaciones ha quedado claro que no le salen las cuentas. McCarthy no logró, por novena vez consecutiva, romper la oposición de sus 20 compañeros díscolos, que se repartieron el voto entre dos candidatos alternativos.
El hasta ahora favorito volvió a recibir menos apoyos de su partido de los que necesita para lograr la presidencia del la Cámara Baja, cuya actividad seguirá parada hasta que los congresistas logren alcanzar un acuerdo. Esto significa, además, que la tercera línea de poder en EE.UU. continúa acéfala, teniendo en cuenta que la primera línea la ocupa el presidente Joe Biden, la segunda su vicepresidente y presidente de la Cámara Alta, Kamala Harris y la tercera era ocupada por Nancy Pelosi, quien presidía la Cámara Baja y renunció al cargo luego de que los republicanos obtuvieran la mayoría en las últimas elecciones de medio término.
El bloqueo en la Cámara de Representantes, con una décima ronda, es el más largo en 164 años. En concreto, el récord histórico está en 133 rondas de votación en el año 1855, mientras que el segundo más largo fue de 63, en 1849. Al haber fracasado, ésta se ha convertido en la votación más larga desde 1834, cuando se registraron diez rondas, según ha informado la cadena NBC News.
La Cámara de Representantes no puede continuar con su actividad hasta que se elija a su presidente. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha calificado anteriormente de “vergonzosa” la situación de bloqueo en la Cámara.