Brasil superó este miércoles por primera vez los 2.000 muertos diarios por coronavirus, con 2.286 fallecidos en las últimas 24 horas, un segundo récord consecutivo que confirma un agravamiento de la pandemia y causa alarma mundial.
De esta manera, el país totaliza 270.656 muertes, de acuerdo con datos publicados por el ministerio de la Salud. Ese balance sólo es superado por Estados Unidos.
Con 212 millones de habitantes, Brasil también reportó 79.876 nuevos casos en las últimas 24 horas, el tercer peor registro desde el inicio de la pandemia en febrero de 2020. Los contagios suman 11,2 millones.
En los últimos siete días hubo un promedio de 1.627 víctimas del Covid-19, una cifra en constante alza desde el 22 de febrero (cuando se ubicaba en 1.053) y en niveles nunca alcanzados durante la primera ola de la pandemia en 2020.
Los expertos estiman que este repunte de casos y muertes podría deberse a la confusión creada por las diferentes orientaciones para enfrentar la pandemia entre los gobernadores partidarios de medidas de confinamiento y el presidente Jair Bolsonaro, que minimizó su importancia.
También mencionan la nueva variante del coronavirus registrada en la Amazonía, conocida como P1, que puede ser al menos dos veces más contagiosa, y una campaña de vacunación que avanza en cámara lenta.
“Estamos en el peor momento de la pandemia en Brasil, la tasa de transmisión con las variantes hace que la epidemia sea aún más grave”, dijo la neumóloga Margareth Dalcolmo, de la prestigiosa Fundación Fiocruz, quien ha estado en la línea de frente en el combate al Covid-19.
“El año 2021 será aún más duro”, agregó. El repunte puso en jaque al sistema sanitario nacional, con más de 80% de ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos de 25 de las 27 capitales de los estados brasileños.
Desde que inició la campaña hace casi dos meses, 8,9 millones de personas fueron vacunadas (4,23% de la población), incluyendo 3,1 millones con la segunda dosis.
En ese escenario, “podemos posiblemente llegar a un nivel de 3.000 muertos por día”, dijo el epidemiólogo Jonas Brant, de la Universidad de Brasilia (UNB).
En términos relativos, Brasil registra un promedio de 128 muertos por 100.000 habitantes, una cifra inferior a la de Reino Unido (184/100.000), Bélgica (193/100.000) o Estados Unidos (160/100.000).
Pero varios estados registran números que dan la magnitud de la tragedia: en Río de Janeiro, con 33.389 decesos, el promedio es de 196 muertos/100.000 habitantes. Y en Amazonas, donde este año decenas de personas fallecieron por falta de oxígeno en los hospitales, el promedio asciende a 275 muertos/100.000 habitantes.
El avance de la pandemia ha encendido las alertas internacionales. La OMS instó la semana pasada a Brasil a tomar medidas más agresivas, ya que de no hacerlo podría afectar a los países vecinos y a otros. Este miércoles, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reforzó las advertencias.
“Estamos preocupados por la situación en Brasil. Esto es un duro recordatorio de la amenaza de un resurgimiento, ya que áreas muy golpeadas por el virus siguen siendo muy vulnerables a las infecciones”, dijo en una rueda de prensa virtual la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Ante la ola de críticas por su manejo de la emergencia sanitaria, Bolsonaro aseguró el miércoles que su gobierno actuó de forma “incansable desde el primer momento en la lucha de la pandemia”.
El mandatario citó los subsidios que permitieron a unos 68 millones de brasileños enfrentar el parate económico entre abril y diciembre, pero que se suspendieron en enero.
Previamente, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva lo acusó de tomar decisiones “imbéciles” contra la pandemia, sobre todo por recomendar el uso de medicamentos sin prueba científica de eficacia contra el coronavirus.
“No siga ninguna decisión imbécil del presidente de la República ni del Ministerio de Salud. Vacúnense, vacúnense porque esa es una de las cosas que pueden librarnos del Covid-19”, dijo Lula, anunciando que él mismo esperaba ser vacunado la semana próxima.