El ex juez de Brasil Sergio Moro, responsable de la detención y proscripción de Lula da Silva previo a las elecciones que le dieran el triunfo a Jair Bolsonaro, entró de lleno en la política y se insinuó el miércoles como candidato a la Presidencia de Brasil para 2022, en un claro desafío a la polarización entre el mandatario Jair Bolsonaro y el progresista Lula da Silva.
“Hay otros nombres” para la llamada “tercera vía”, pero “si fuera necesario que asuma ese proyecto, sepan que estoy a disposición”, declaró ante cientos de políticos que gritaron “Brasil defiende a Moro presidente”, en un acto organizado para su afiliación al partido derechista Podemos.
Moro fue ministro de Justicia de Bolsonaro y renunció en abril de 2020 enemistado con el presidente a quien llevó al Gobierno después de que, como juez, condujera la operación Lava Jato, que se extendió por una decena de países y puso a Lula en la cárcel durante 580 días por alegada corrupción.
Su afiliación a Podemos fue casi un mitin de campaña y congregó a militantes de otras fuerzas conservadoras, que pidieron para 2022 una “tercera vía” frente a la ultraderecha del gobernante y la “corrupción” del ex presidente Lula.
En su discurso, Moro defendió una economía liberal con acento social y dejó sobre la mesa algunas propuestas, como la creación de una corte especial anticorrupción y acabar con los fueros judiciales para políticos y con la reelección presidencial.
La presidente de Podemos, Renata Abreu, saludó el ingreso de Moro a la política y dijo que llega en “el momento justo” para romper la polarización que las encuestas vaticinan entre Bolsonaro y Lula. Según recientes sondeos, Lula es favorito para 2022 con una intención de voto próxima al 50 %, Bolsonaro no supera el 35 % y Moro empieza a despuntar entre una decena de posibles candidatos de la llamada “tercera vía”, con cerca del 10 %.