El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, enfrenta duras críticas por la inflación récord en 40 años, la cual llegó al 9,1% , y por la paralización de los sectores ferroviarios y de la aviación civil. Durante una sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, el líder de la oposición, Keir Starmer, acusó Johnson y al ministro de Transporte, Grants Shapps, de no haber hecho lo suficiente para evitar las huelgas del sector ferroviario.
En su respuesta, Johnson dijo que su Gobierno está haciendo todo lo posible para evitar las huelgas, pero que depende de los gerentes de la red ferroviaria negociar con los sindicatos, y señaló que 25 parlamentarios se unieron a las manifestaciones porque el Partido Laborista recibe 10 millones de libras esterlinas (aproximadamente 12 millones de dólares) de los sindicatos de trabajadores. El líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Ian Blackford, cuestionó por qué a Reino Unido le está yendo peor que a otras economías europeas, a lo que Johnson respondió argumentando que la inflación se ha convertido en un problema global.
Blackford apuntó a un nuevo informe que muestra cómo el “desastroso brexit” de los conservadores empobrecerá al país y preguntó a Johnson si negociará un acuerdo económico con la UE o el país entrará en recesión. Johnson se limitó a responder que Blackford subestima lo que Reino Unido ha logrado. Reino Unido lleva paralizado desde las primeras horas de este martes, cuando miles de trabajadores ferroviarios abandonaron la red ferroviaria y solo prestaron servicios mínimos, mientras que los aeropuertos del país permanecen paralizados desde hace más de un mes debido a la escasez de personal.
La huelga del sindicato Rail, Maritime and Transport durará dos días más, con manifestaciones el jueves y sábado de esta semana. Los altos precios de los alimentos ayudaron a impulsar el último aumento en el costo de la vida en un momento en el que los trabajadores de numerosos sectores exigen aumentos salariales para hacer frente a la carestía.
