Jair Bolsonaro fue dado de alta este martes del hospital de Estados Unidos donde había ingresado el domingo pasado por problemas intestinales.
Según informó el medio brasileño O Globo, Bolsonaro dejó el hospital a pesar de que los médicos le habrían instado a permanecer otros tres o cuatro días más. Bolsonaro está hospedado en una casa de las afueras de Orlando (Florida) desde el 30 de diciembre.
La víspera, el exmandatario ultraderechista había confirmado en redes sociales su hospitalización en Orlando por una “adherencia” intestinal, acompañando su mensaje de una foto de él en su cama de hospital.
Bolsonaro abandonó el hospital dos días después de que miles de sus simpatizantes tomaran por asalto el Palacio Presidencial, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil, en protesta por los resultados de las elecciones de octubre en las que perdió contra el izquierdista Lula da Silva.
El expresidente salió de Brasil cuando faltaban 48 horas para finalizar su mandato, el 30 de diciembre, y se instaló en una casa del exluchador de artes marciales brasileño José Aldo en Kissimmee, al sur de Orlando.
Evitó así participar en la toma de posesión de Lula. Bolsonaro ha tenido numerosos problemas de salud derivados del apuñalamiento que sufrió en 2018. Obstrucciones, oclusiones o adherencias intestinales: ha sido hospitalizado de urgencia media docena de veces e intervenido seis veces desde entonces.
El exmilitar de 67 años dijo este martes al canal de noticias CNN Brasil que quería regresar antes de lo previsto a su país.
“Vine para quedarme hasta fines del mes, pero mi intención es adelantar mi regreso”, declaró al medio, justificando su decisión en el hecho de que sus médicos en Brasil conocen mejor los problemas causados por la puñalada.