Según informes difundidos por los servicios de inteligencia rusos, la OTAN podría estar preparando un golpe de estado en Bielorrusia con el propósito de correr al presidente Aleksandr Lukashenko, aliado de Putin y respaldo militar que custodia las armas nucleares de Rusia.
Luego de la aparente rebelión del Grupo Wagner que terminó con una suerte de “exilio” para algunos de sus miembros (incluido su líder, Yevgueni Prigozhin) y de la absorción por parte del ministerio de Defensa ruso del resto, fuentes cercanas al Kremlin afirman que Putin planea proteger a Lukashenko con los Wagner y así contener los planes de la Alianza para derrocarlo.
Esto lo respaldan recordando que durante el año 2021 hubo un intento de golpe de Estado fallido, impulsado por una ola de protestas supuestamente organizadas por los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, pero que no logró desestabilizar al gobierno ya que fueron contenidas en algunos días. Y luego, a principios de este año 2023, el propio Lukashenko declaró que se habían detectado nuevamente células extranjeras que estaban organizando otro golpe, esta vez armado, y que fueron neutralizados por las fuerzas de seguridad bielorrusas.
Rusia esta vez dio un paso adelante: ha colocado armamento nuclear en Bielorrusia y ha aprovechado la crisis de Wagner para poner también ahí a los mercenarios para proteger el arsenal nuclear ruso así como a Lukashenko de un golpe de estado.
Putin, según algunos analistas internacionales, salió reforzado de la rebelión del Grupo Wagner que, desde el punto de vista de la Alianza, era prácticamente el fin de su gobierno: un intento de golpe de Estado solventado en menos de 48 horas que le da una sensación de fortaleza y vende, además, una imagen al resto del mundo que, cierta o no, es de cierta magnanimidad con los “agresores”.
Esto, teniendo en cuenta el enorme apoyo popular que tienen los Wagner entre los ciudadanos rusos (que no dudaron en fotografiarse junto a ellos y los tanques y darles muestras de agradecimiento durante toda la “rebelión”), dio como resultado un refuerzo civil en torno a la guerra y la posición de Rusia al respecto. Mientras tanto, en el frente las posiciones clave se mantienen estables y la contraofensiva ucraniana no parece estar contentando a la OTAN, que se reunirá en breve para evaluar los resultados de sus inversiones.