Un viejo buque de guerra ha sido reclamado por la naturaleza y convertido en un asombroso bosque flotante, que hoy en día es una de las atracciones más singulares de Homebush Bay, en Sídney, Australia.
El barco está ubicado en la bahía de Sídney. Se trata de un navío que se usó en la Segunda Guerra Mundial.
Un viejo buque de guerra ha sido reclamado por la naturaleza y convertido en un asombroso bosque flotante, que hoy en día es una de las atracciones más singulares de Homebush Bay, en Sídney, Australia.
Se trata del SS Aryfield, una embarcación construida hace más de un siglo, que prestó servicio transportando municiones durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el fin del conflicto, fue reutilizado como barco carbonero.
Después, este buque de 1.140 toneladas, fue sacado de circulación y enviado a un desarmadero para ser vendido. De todos modos, en ese momento esta operación dejó de ser rentable y el barco quedó abandonado junto a otras tres naves.
Luego de unos años, la mayoría del barco quedó bajo el agua. Cientos de manglares atravesaron el barco y brotaron por todos lados generando una vista única. Los árboles se adueñaron de la estructura y la transformaron en un bosque flotante que es un espectáculo actualmente.
Lejos de ser una molestia para los ojos de las nuevas construcciones, el SS Ayrfield se convirtió en una de las mayores atracciones de la zona y se ganó el nombre de bosque flotante entre los lugareños.
A pesar de los múltiples proyectos que se llevaron adelante para dejar atrás los años de industria pesada que dañaron el agua, no hay intenciones de remover esta embarcación.