“Lo que no ganaron en las elecciones quieren ganarlo a través del golpe de Estado, otra vez (...) es el único mecanismo que tienen”, manifestó Arce en una concentración en la población de Shinaota, en el trópico de Cochabamba, principal territorio político del gobernante miembro del partido Movimiento al Socialismo (MAS).
El mandatario boliviano se refirió a las declaraciones del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Rómulo Calvo, la principal región opositora, que habló de “tumbar al Gobierno” refiriéndose al riesgo de que sectores que anteriormente eran afines al oficialismo, como los mineros potosinos, se sumen a las protestas.
En Bolivia se desarrollaba el jueves la cuarta jornada de un paro indefinido que aglutina a varios sectores en contra de la ley de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo, que consideran atenta contra las libertades ciudadanas. El miércoles, manifestantes contrarios a la ley llevaron banderas bolivianas y pancartas que decían “No a la Ley 1386″, “No a la dictadura” y pedían que se restituyan los dos tercios de decisión en los debates del Parlamento. Las demandas de las plataformas cívicas, médicos, transportistas y diferentes gremios también incluyen pedidos como el consenso de otras leyes.
Bolivia atraviesa por una persistente polarización política desde la crisis de 2019, entre el Gobierno que considera de que esos hechos fueron parte de un “golpe de Estado” y la oposición que reivindica que hubo un “fraude” en los frustrados comicios de ese año.