El canciller alemán, Olaf Scholz, se manifestó en contra de la entrega a Ucrania de aviones de combate MiG-29 de los países de la OTAN. En una conferencia de prensa conjunta en Berlín con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el canciller destacó que Alemania presta apoyo financiero a Ucrania y envía además ayuda humanitaria, equipamiento militar y, de forma excepcional, armas defensivas.
“Tenemos que analizar con mucha exactitud qué hacemos en concreto, y entre las posibilidades no está de ningún modo el suministro de aviones de combate”, afirmó Scholz. Trudeau se mostró también prudente en ese sentido y fue más explícito: “Queremos desescalar el conflicto, queremos ver el final de este conflicto”, dijo. También insistió en que Canadá seguirá suministrando armamento a Kiev, pero con cautela para no “expandir” el conflicto.
Polonia se mostró ayer dispuesta a enviar sus aviones MiG-29 indirectamente a Ucrania, poniéndolos a disposición de Estados Unidos a través de una base estadounidense en Alemania. No obstante, la oferta fue rechazada por el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, que no la consideró “factible” por las implicaciones que podría tener si Rusia atacara entonces a Polonia, lo que supondría que la OTAN tendría que entrar en guerra para defenderla.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, volvió a pedir hoy a los países occidentales que se decidan “rápido” sobre la propuesta polaca de enviarles aviones de combate MiG-29 para ayudar a hacer frente a la invasión rusa. “Tomen una decisión lo más rápido posible, ¡envíennos sus aviones!”, pidió el mandatario en un video publicado en la aplicación Telegram. Una representante del Ministerio de Exteriores alemán aseguró que el debate en el seno de la alianza sigue abierto, pero destacó que la OTAN parte de que es preciso evitar una implicación directa en la guerra en Ucrania.
Por otro lado, Scholz y Trudeau declararon que durante su encuentro trataron además cómo sus países pueden apoyarse mutuamente para hacer frente a los retos del suministro energético y de la transición verde, ante el conflicto con Moscú. Scholz reiteró una vez más que no es partidario de poner fin a las importaciones de energía de Rusia, ya que Europa no se ve en la misma situación que Estados Unidos, país que es exportador de petróleo.