El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, advirtió en su discurso sobre el estado del país, que se vienen “años duros” para Alemania. Además, Steinmeier alertó de que, con el inicio de la invasión de Ucrania, se abrió una “época” de confrontación con Moscú.
“La Rusia de hoy no deja espacio para viejos sueños”, afirmó Steinmeier, en alusión a la pasada etapa de acercamiento entre Moscú y Berlín. Sucesivos gobiernos alemanes, incluidos los del socialdemócrata Gerhard Schröder y la conservadora Angela Merkel, de los que él mismo formó parte como ministro, contribuyeron a mantener ese estrechamiento de las relaciones con Rusia en el pasado.
Tras décadas de prosperidad y fortaleza económica, desde la reunificación alemana a la actualidad, se vienen sobre el país “años duros”, en lo económico y lo político, derivados de la guerra, la violencia, con millones de refugiados y el miedo “a una extensión” de esa guerra, que Alemania continúa financiando.
Steinmeier llamó a sus conciudadanos a confiar en la fuerza de Alemania, “un país fuerte”, y en su propia fortaleza, para superar al situación actual. También apeló a los políticos para que establezcan las medidas necesarias para paliar los efectos de la situación económica actual y la inflación entre las familias de ingresos más modestos.
“Quienes más tienen, deben contribuir a que no aumenten las desigualdades sociales”, afirmó, tras dirigirse repetidamente a lo que denominó “el centro de la sociedad” y alertar contra el crecimiento de las corrientes populistas y ultraderechistas que se alimentan del descontento social.
Por otro lado, el presidente alemán expresó al respecto su apoyo y comprensión hacia socios de la UE y la OTAN que temen una agresión, como los países bálticos o Polonia, y recordó que Alemania, pese a sufrir los efectos del conflicto, “no es un país en guerra”.