La policía alemana arrestó el fin de semana de Pascua a tres menores sospechosos de preparar un ataque terrorista, aunque la noticia se dio a conocer en las últimas horas por anuncio de la fiscalía de Düsseldorf, encargada de la investigación.
Los jóvenes, dos chicas de 15 y 16 años y un chico de 15, oriundos del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en el noroeste de Alemania, son sospechosos de haber “planificado un atentado terrorista con motivaciones islamistas y de haber reconocido estar dispuestos a cometerlo”, indicó la fiscalía de Düsseldorf en un comunicado.
Segun el diario alemán Bild, los adolescentes preveían atacar con cuchillo y cócteles Molotov a policías e iglesias en nombre del grupo yihadista Estado Islámico (EI). “Contemplaron conseguir armas de fuego”, precisó.
En una entrevista con el periódico Süddeutsche Zeitung a finales de marzo, la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, subrayó que “el peligro del terrorismo islamista sigue siendo alto” en Alemania. Según ella, “la mayor amenaza islamista en Alemania viene del Estado Islámico de Jorasán”, una rama del grupo EI que opera en Afganistán y en Pakistán.
El mismo peligro corren España y Francia, donde la radicalización de la población musulmana, que ha crecido exponencialmente en las últimas décadas y cuenta con musulmanes con nacionalidades locales de tercera y cuarta generación, ha sido suelo fértil para la multiplicación de atentados, ataques yihadistas y persecuciones religiosas, tanto a judíos como a cristianos.
En España, la expansión de los Hermanos Musulmanes, agrupación nacida en Egipto en 1928 que se basa en una interpretación radical del Corán, con el objetivo de establecer un califato regido por la ley islámica (sharía) en todo el mundo, mantiene en alerta a las autoridades, que ya han expulsado a varios miembros de la misma pero ven un incremento de células esparcidas por todo el territorio.