Al menos 23 personas murieron y decenas más resultaron heridas el viernes en la noche debido a un derrumbe en una transitada vía intermunicipal en el oeste de Colombia, según el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.
El trágico incidente tuvo lugar entre Quibó, la capital del departamento de Chocó, y Medellín, la de Antioquia, donde varios puntos de la carretera colapsaron.
“Ya es un hecho: 23 personas fallecidas y 20 personas heridas”, dijo a Blu Radio el alcalde del municipio del Carmen de Atrato, Jaime Herrera.
Decenas de personas y vehículos quedaron atrapados durante varias horas en el lugar del siniestro, ya que las autoridades y los equipos de rescate enfrentaron dificultades para acceder a la zona afectada. Las autoridades tenían previsto realizar sobrevuelos con helicópteros para respaldar las labores de búsqueda de posibles víctimas atrapadas.
Según el reporte de Gestión del Riesgo, 35 heridos fueron trasladados en ambulancias a centros médicos cercanos. Además, se desplegó personal de los bomberos, el Ejército, la Defensa Civil y la Fuerza Aeroespacial Colombiana para colaborar en las operaciones de rescate.
La emergencia fue provocada por un deslizamiento de tierra, aunque no se proporcionaron detalles sobre la causa específica. Ciudadanos compartieron videos en redes sociales, como Twitter, mostrando el momento en que la tierra de una montaña se desplomaba súbitamente sobre varios vehículos.
La gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, lamentó la magnitud de la emergencia en su departamento y anunció la activación de un puesto de mando unificado para facilitar la toma de decisiones. En un video publicado en redes sociales, expresó: “Nos encontramos ya en coordinación y en ejercicio de acciones para lograr la recuperación de los cuerpos y la atención inmediata de los heridos en el sistema de salud”.
El presidente del país, Gustavo Petro, se comprometió a brindar toda la ayuda disponible a Chocó en esta “horrible tragedia”.
El Ministerio de Defensa informó que las fuerzas militares trabajaban arduamente para reabrir la vía, a pesar de las fuertes lluvias que complicaban el acceso y la búsqueda de posibles sobrevivientes entre los escombros.