“Basta de suministros ilegales desde Ucrania”, coreaban los manifestantes en el cruce ferroviario fronterizo de Medyka, en la frontera entre Polonia y Ucrania, este martes 20 de febrero, cuando el sindicato de granjeros Solidaridad convocó una manifestación multitudinaria para bloquear todos los pasos fronterizos con Ucrania.
Los granjeros polacos iniciaron el 9 de febrero una huelga nacional con el bloqueo de carreteras y los accesos a los pasos fronterizos con el país vecino. En marzo de 2023, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, Polonia y Rumanía pidieron a la Comisión Europea que interviniera debido a la crisis que provocó la entrada de gran cantidad de cereales ucranianos.
Bruselas tomó medidas para restringir la importación de determinados cereales de dicho origen y eliminar las dificultades logísticas para el tránsito de esos productos por los cinco países europeos mencionados, las cuales empezaron a regir el 2 de mayo y finalizaron el 15 de septiembre.
Una vez terminado este período, Polonia, Hungría y Eslovaquia anunciaron su decisión de extender el embargo de manera unilateral al persistir el problema.
Los activistas exigen también que se restaure el sistema de permisos para los camioneros ucranianos, cuya abolición provocó la competencia desleal en el mercado del transporte de mercancías.
Los granjeros consideran que su situación es trágica, y señalan que la abundancia de los granos baratos y de baja calidad procedentes de Ucrania, hace daño al mercado polaco.
Ucrania, por su parte, presentó una demanda ante la Organización Mundial de Comercio contra Eslovaquia, Hungría y Polonia, quienes anunciaron que boicotearán las reuniones de la plataforma coordinadora de las importaciones de granos desde Ucrania.