A medida que Estados Unidos se prepara para una nueva ronda de conversaciones con los talibanes, las voces que piden a Washington y a sus socios que levanten las sanciones, que han dejado Afganistán al borde de una crisis económica, son cada vez más fuertes. Thomas West, enviado especial de Washington para Afganistán, visitará Catar la próxima semana para conversar con los líderes de los talibanes sobre varios asuntos, entre los que se destaca la grave situación económica del país centroasiático y la creciente necesidad de asistencia humanitaria.
El anuncio genera esperanzas para un país que, según el grupo internacional de derechos humanos Amnistía Internacional, se ha visto empujado a “una crisis económica en toda regla” debido a la “suspensión de la ayuda exterior, la congelación de los activos del Gobierno afgano y las sanciones internacionales impuestas a los talibanes”. Aparte de los talibanes, China y Pakistán también han pedido repetidamente que se desbloqueen los activos afganos, mientras que las redes sociales, dentro y fuera de Afganistán, están llenas de llamados similares. ”La comunidad internacional debe aliviar urgentemente las restricciones financieras existentes contra Afganistán que bloquean la concesión de atención médica, alimentos y otros servicios esenciales y acelerar la entrega de asistencia humanitaria para evitar una crisis creciente que amenaza la vida de decenas de millones de personas”, dijo Amnistía Internacional en uno de sus informes más recientes.
Un día antes, el Programa de Desarrollo de la ONU dijo que “los sistemas de pago bancarios y financieros del país están en desorden” y advirtió que “no existe una solución humanitaria para Afganistán” sin un sistema bancario que funcione. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también emitió un comunicado en el que instó a la comunidad internacional a “comprometerse con Afganistán”. ”Esta es la única forma de prevenir un colapso total de los servicios esenciales como la atención médica y la educación”, dijo Dominik Stillhart, director de operaciones del CICR. ”Las consideraciones políticas no deben interferir con la acción humanitaria. Se debe encontrar una solución política para evitar consecuencias humanitarias irreparables”, agregó Stillhart.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, casi 23 millones de los cerca de 40 millones de afganos se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria y al hambre, mientras que el Programa Mundial de Alimentos estima que al menos un millón de niños ya están desnutridos. ”Los niveles actuales de asistencia humanitaria son insuficientes para hacer frente a la crisis. Millones de afganos se hunden en la pobreza y corren el riesgo de morir de hambre”, dijo Yamini Mishra, directora regional de Amnistía Internacional para Asia Meridional.
”En los últimos meses, hemos visto a países hacer promesas para proporcionar ayuda a Afganistán, pero este apoyo aún no ha llegado a quienes más lo necesitan”, añadió Mishra. La directora señaló que la ayuda humanitaria “no debe politizarse” y que la máxima prioridad del mundo debe ser evitar más muertes y el sufrimiento en Afganistán.