Tras la ruptura comercial con el rapero Kanye West, Adidas se ha enfrentado a pérdidas millonarias. La caída del contrato ha dejado a la empresa con 1.300 millones de dólares en zapatillas Yeezy guardadas en sus depositos.
Las Yeezy Boost 750 se lanzaron al mercado en febrero de 2015 y se convirtieron en una insignia para Adidas. Sin embargo, debido a las expresiones racistas y antisemitas de la ex pareja de Kim Kardashian, Adidas decidió sacar ese producto de sus vidrieras.
West, entre otras cosas, había cuestionado a empresarios ejecutivos por su origen judío y avaló teorías de un grupo de supremacistas blancos. Frente a esto, la empresa decidió despegarse de la marca y de las polémicas en torno a West. Esto le produjo pérdidas multimillonarias.
Ahora la compañía todavía estaba tratando de decidir qué hacer con su stock restante de zapatillas Yeezy y otra ropa deportiva. No saben cómo vender los miles de pares que tiene guardados o si es mejor donarlos.
Un mal año para Adidas
En el primer trimestre del año, la empresa dejó de ganar 400 millones de euros a causa de la finalización de la producción y venta de su exitosa línea de zapatillas deportivas Yeezy.
La compañía había anunciado en febrero que podría sufrir una pérdida operativa de hasta 700 millones de euros este año si decide cancelar el valor de todo su inventario existente de Yeezy. El nuevo director de Adidas, Bjorn Gulden, aseguró que 2023 será un “año de transición”.
