Estados Unidos registró 3.309 muertes y 231.775 infecciones de coronavirus en las últimas 24 horas, lo que supone en ambos casos un récord desde que comenzó la pandemia a poco de iniciar su plan de vacunación masiva tras la autorización a usar la desarrollada por Pfizer y BioNTech, que comenzará a ser aplicada el lunes.
Los datos, recopilados por la Universidad Johns Hopkins y el Proyecto de Seguimiento Covid, incluyen además la marca histórica de 108.044 nuevas hospitalizaciones en un día.
Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia con 15.851.735 casos confirmados de coronavirus y 1.597.212 muertes relacionadas con la enfermedad.
La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) dio anoche la autorización de emergencia para el uso de la vacuna de los laboratorios estadounidense Pfizer y alemán BioNTech en el país.
Los primeros cargamentos de la vacuna llegarán a los centros de inoculación de todo el país a partir de este lunes por la mañana, a fin de que sean suministradas de inmediato, afirmó el general Gus Perna, encargado de la operación de distribución.
“Se espera que 145 sitios de todos los estados reciban la vacuna el lunes, otros 425 sitios, el martes, y los 66 sitios finales, el miércoles, lo que completaría la entrega inicial de la vacuna Pfizer-BioNTech”, explicó el oficial en conferencia de prensa.
Estados Unidos se convirtió anoche en el sexto país que dio luz verde a la vacuna de Pfizer/BioNTech y la primera etapa contempla la vacunación de unos tres millones de personas.
Las autoridades sanitarias del país recomendaron que los trabajadores de la salud y los residentes de asilos de ancianos tengan prioridad, aunque las decisiones quedarán en manos de los gobiernos estatales.
Las dosis van a ser entregadas directamente a los hospitales y a las farmacias que van a vacunar a los grupos prioritarios: los residentes de los geriátricos y los profesionales sanitarios.
Un alto cargo de la FDA precisó que en Estados Unidos el compuesto no está recomendado para personas que tengan una alergia a alguno de los componentes.
En paralelo, la ciudad de Nueva York se prepara para desde la semana que viene cerrar las salas interiores de sus restaurantes, en un intento por detener otra brusco pico de infectados, anunció el gobernador Andrew Cuomo.
La restricción supone el último golpe para los restaurantes de la Gran Manzana, así como para una economía muy afectada ya por las limitaciones derivadas de la pandemia.