A 100 días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, las encuestas dan una clara ventaja al candidato demócrata Joe Biden y deniegan un segundo mandato al actual jefe de la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, golpeado por sus críticas a la gestión de la lucha contra el nuevo coronavirus.
Quien fuera vicepresidente de Barack Obama supera en promedio a Trump por ocho puntos, con 49,9% de la intención de voto, según datos del portal especializado FiveThirtyEight.
En base a los diferentes sondeos recogidos por dicho sitio web, la diferencia varía de seis a 15 puntos a favor del aspirante demócrata a la Casa Blanca.
La ventaja de Biden también es contundente en el colegio electoral, ya que la media de las encuestas de cada estado le otorga 352 votos electorales frente a los 186 del actual gobernante.
La crisis provocada por la pandemia hizo de la Covid-19 el principal problema de los estadounidenses, relegando a la economía a un segundo lugar, según un estudio de la televisora Fox News citado por la agencia de noticias ANSA.
Según analistas, los comicios están fuertemente correlacionados con la consideración de los votantes sobre qué candidato puede manejar mejor la epidemia.
Esa situación que afectó al mandatario republicano, quien subestimó en un principio la enfermedad -que llegó a calificar de “simple gripe”- e insistió en la reapertura de la economía pese a las recomendaciones de su propio equipo de expertos.
Con más de 4,1 millones de contagios y 146.000 muertes, Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia en el mundo y enfrenta desde hace dos meses y medio un repunte de casos en los estados del sur y el oeste del país, que llevó a numerosos territorios a suspender la salida de la cuarentena.
Según un sondeo hecho por Morning Consult, un 40% de los consultados aprueba la gestión de Trump, mientras un 55% la desaprueba, de forma que el índice de aprobación neto es de -15 puntos, lejos de la media de +23 ostentada por los presidentes que fueron reelectos en el país.
Sin embargo, analistas locales manifestaron que si la situación de la pandemia comienza a mejorar de ahora a noviembre, la imagen del presidente podría subir.
Ese eventual mejora se convirtió esta semana en la principal preocupación del mandatario, cuyo Gobierno invirtió en los últimos días miles de millones de dólares en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.
“Nada me importa más que la salud y el bienestar del pueblo estadounidense”, manifestó ayer Trump en un discurso en la Casa Blanca, en el que también afirmó que conseguir una vacuna contra la Covid-19 es su “mayor prioridad”.
El mandatario hizo esas declaraciones en un evento para firmar cuatro decretos destinados a rebajar el precio de los medicamentos, uno de los temas que más preocupa a los estadounidenses.
"Las mayores reducciones de precios en la historia, ¡con diferencia! Nunca antes se hizo algo así para nuestros ciudadanos, especialmente para nuestros mayores", se jactó hoy en su Twitter.
"¡Recuerda a tu presidente favorito!", agregó.
El giro en el discurso de Trump sobre la crisis sanitaria se intensificó en la última semana.
Primero abrazó el uso de tapabocas, contra los que había librado una guerra cultural durante meses, después instó a los jóvenes a evitar multitudes, luego aceptó que no todas las escuelas abrirán en breve, y el jueves canceló la Convención Nacional Republicana que iba a celebrarse en Florida, uno de los estados epicentro de la crisis sanitaria.