Si la primera semana de abril favoreció a los cínicos, la semana pasada fue más favorable para los optimistas. Tuvimos las extraordinarias imágenes de los afganos que, desafiando las bombas y amenazas de los talibanes, acudieron a ejercer su derecho al voto, tan penosamente ganado, a fin de transferir el poder por medio de las urnas.
Después, los indios llevaron a cabo la que ha sido llamada la elección más grande que se haya celebrado, seguidos de los indonesios, en lo que ha de haber sido la elección más complicada del mundo, con medio millón de casillas desperdigadas en 17.000 islas.
Y eso fue solamente la semana pasada. Las elecciones realizadas antes y las programadas para más adelante implicarán a más de la tercera parte del planeta y harán que 2014 no tenga precedentes en materia de voto. Pero, ¡ay!, no todas las elecciones recientes han representado un triunfo para la democracia.
En Corea del Norte se eligió un parlamento de manera unánime, y después éste votó también de manera unánime para reelegir a Kim Jong-un a la cabeza del máximo órgano directivo del país y para llenar las vacantes creadas por sus recientes purgas.
Después vino el referendo en Crimea, convocado a toda prisa y que le dio el pretexto al presidente Vladimir Putin de arrebatarle la península a Ucrania. El domingo pasado, secesionistas pro-rusos en el este y el sur de Ucrania siguieron el ejemplo, se apoderaron de edificios administrativos en Donetsk y otros centros industriales, declarando su independencia y pidiendo la ayuda de Rusia.
El jueves, la OTAN dio a conocer fotos de satélite de una fuerte concentración de aviones de combate, helicópteros y fuerzas especiales de Rusia en la frontera oriental de Ucrania. Los analistas piensan que esa demostración fue para presionar a Ucrania -y al presidente que resulte electo en las elecciones del 25 de mayo- y convertirla en una federación de regiones relativamente autónomas, lo que le daría a Rusia un control de facto en las regiones del este y el sur. Pero es posible que haya más provocaciones y no puede descartarse una invasión.
Aflicciones tecnológicas
En otro frente, la semana pasada nos ofreció dos recordatorios de que no podemos ser complacientes en nuestras necesidades y hábitos digitales.
El martes, Microsoft desenchufó la clavija de Windows XP, discontinuando el soporte de ese popular sistema operativo de doce años de antigüedad, que mucha gente que está leyendo estas líneas todavía tiene en sus computadoras y lo conservaría si pudiera. En su culminación, en enero de 2007, XP tenía una participación de mercado de 76,1 por ciento.
La Web abundó en consejos de los letrados digitales, la mayoría de los cuales equivalieron a la advertencia de que ahora XP se volvería cada vez más vulnerable a los ataques. El consejo de Microsoft es comprar computadoras que ejecuten su sistema operativo Windows 8.1.
Como muchos usuarios de XP, entre los que se cuentan los gobiernos neerlandés y británico, yo no hice nada antes de la fecha del desenchufe. A diferencia de esos gobiernos, que le pagaron a Microsoft una enorme suma para que ampliara el soporte para sus sistemas, yo compré copias legales baratas de Windows 7 y las instalé sin más en mis viejas computadoras. Responsiva: esto no es un consejo.
Después, cuando ya nos estábamos acostumbrando a la idea de que los burócratas sin rostro de la Agencia de Seguridad Nacional podían escucharlo todo, todo el tiempo, llegó Heartbleed, un error de programación que durante dos años les dio la oportunidad a los malhechores de tener acceso a nuestras contraseñas, números de tarjetas de crédito y otra información.
Heartbleed es simplemente el error de quien programó una utilería de seguridad de código abierto llamada OpenSSL, usada por numerosos sitios Web para cifrar los datos en línea de los consumidores. Ese error pasó desapercibido durante dos años. En todo ese tiempo, los ladrones que hayan encontrado ese agujero pudieron darse gusto con los datos sin ser detectados. Y no hay forma de decir cuántos se dieron ese gusto.
Los expertos señalan que no hay mucho que puedan hacer los consumidores, pues Heartbleed no es un virus que pueda ser detectado por el software de seguridad. El consejo que circula por internet es esperar a saber cuáles servicios resultaron afectados para entonces, y solo entonces, cambiar nuestra contraseña.
Otra vez las elecciones
En las elecciones grandes -Afganistán, India, Indonesia-, los resultados completos no se conocerán sino hasta dentro de unas semanas. Pero cada una es un evento importante.
En Afganistán, las amenazas y los ataques de los talibanes en los preparativos para votar por presidente y concejos provinciales no pudieron impedir una afluencia de 60 por ciento de los votantes registrados el 5 de abril.
Habrá acusaciones de fraude y es probable que haya una segunda vuelta. Pero para un país con tan poca experiencia en democracia y con tantos peligros, el simple hecho de haber llegado hasta aquí es toda una hazaña.
En la India, son los números los que diferencian a sus elecciones de todas las demás. El lunes se inició un proceso que durará hasta el 12 de mayo, en el que, del total de votantes registrados, 160 millones podrán votar por primera vez para elegir entre 370 partidos. Los temas principales son el alza de precios y la corrupción política. Las encuestas señalan que la Alianza Democrática Nacional de Narendra Modi saldrá con el mayor número de asientos en el parlamento.
En Indonesia, las elecciones técnicamente fueron para repartir los asientos legislativos, pero en ellas también se decidirá el sucesor del presidente saliente, Susilo Bambang Yudhoyono. Conforme el complicado sistema electoral, solo los partidos que ganen determinado porcentaje de asientos o votos pueden nominar un candidato a presidente.
El Partido Democrático de la Lucha, dirigido por Megawati Sukarnoputri -ex presidenta e hija del venerado Sukarno, fundador de la nación- es el que tiene más probabilidades de obtener la mayoría de votos, pero no los suficientes para despejarle el camino a su candidato Joko Widodo y nominarlo sin aliado de coalición. Las elecciones para presidente serán en julio.
