Un garaje convertido en una cálida vivienda

Combinación de elementos estructurales, colores cálidos y fríos que se contraponen, un volumen central que actúa como nexo y un patio que adentra el exterior al interior de la vivienda. Así es ‘Casa He’, un proyecto que quiso convertir y ampliar el que era un garaje.

Las premisas de la reforma eran muy claras desde un primer momento: el cliente quería mantener el uso del garaje para su negocio y, además, quería recuperar el patio existente, lleno de construcciones auxiliares. Está ubicado en el municipio de Mahón, Menorca, España.

Volumen central como nexo

Partiendo de una planta rectangular bastante estrecha, se optó por definir un volumen central de manera que funcionara como el eje organizador y central de la vivienda, además de contenedor de las instalaciones.

Una vez se adosaron todos los elementos necesarios para el programa al mencionado eje, el resultado fue una funcionalidad simplificada, además de aportar una definición de uso a cada espacio, separándolo de los demás.

Patio interior

Precisamente frente a este volumen central se apostó por un cambio de pavimento, de manera que acentuara el doble espacio que caracteriza a la vivienda y que se remata con una claraboya que permite la entrada de luz natural.

Como conjunto, los elementos presentes aluden a un ‘patio interior’ de la casa, algo que demandaba el cliente, al que se añadió una especie de pasarela de cristal elevada con balcón.

Materiales que aportan calidez

Este espacio que suele ser ‘exterior’ dentro de la vivienda permitió la introducción de ciertos materiales como el hierro, presente en la escalera y las barandillas de la plataforma, hasta que se encontró el punto justo de oxidación que aportará calor y personalidad a la vivienda, convirtiéndola en un lugar cálido y confortable, todo un reto teniendo en cuenta que se partía de un garaje y se utilizan materiales que de por sí se asocian a ambientes menos hogareños.

Colores contrapuestos

En cuanto a la gama cromática, hay una serie de tonos que son indudablemente el hilo conductor de la arquitectura y el interiorismo de este proyecto.

Estos son los tonos tierra y teja, presentes en toda la vivienda y a los que se añaden toques de colores cálidos como el rojo, y el azul turquesa en la cocina y el baño, generando una contraposición con el resto de colores cálidos utilizados.

Funcionalidad

¿El resultado? Una casa atemporal y abierta, que reserva una parte para el trabajo y otra para el descanso y la relajación. A su vez, una vivienda que permite la entrada de mucha luz natural y que presenta elementos estructurales sin abandonar la calidez que debe primar en un hogar.

Y lo mejor, se trata de una casa que, gracias a su funcionalidad, se puede ir adaptando a las necesidades actuales y futuras de Bernat, el propietario.

Fotografías: Laura Tomás (Shot Menorca).

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