Por Prof: Claudio Doratto. Telegram Encontrá su libro aquí.
El título de esta nota hace referencia a la presencia directa o indirecta de los rayos solares en nuestro jardín. Como bien sabés las plantas han evolucionado con el tiempo. Esto les ha permitido adaptarse a las condiciones de clima, luminosidad, disponibilidad de agua y el soporte sobre el que viven.
No digo directamente “suelo”, porque dejaría de lado las plantas epífitas (que viven obre otras plantas, pero no de ellas), las parásitas, las acuáticas y otras adaptaciones.
Nos concentraremos solo en la luz. Para ello, vamos a realizar una clasificación un tanto arbitraria porque lo que deseo es que sea bien gráfica. Plantas para: pleno sol, media sombra y sombra o de interior.
Plantas para pleno sol
Están aquellas herbáceas y arbustivas que toleran nuestro sol de forma directa en cualquier momento del día sin que las dañe como, por ejemplo, el romero, lavanda, santolina, la mayoría de los rosales.
Por lo general las plantas clasificadas así necesitan un mínimo de 6 horas de sol directo para crecer sanas y fuertes, aunque algunas con menos tiempo de igual modo estarán bien.
Plantas para media sombra
Con ellas debés evitar a toda costa los rayos solares más intensos, poco más de aquellos que de los que debés cuidarte al momento de tomar sol. En esa franja horaria la luz debe estar filtrada por la copa de árboles o protegida por la sombra de alguna estructura.
Muchas de las plantas que usamos en los jardines requieren de sol directo en algún momento del día, pero le aseguraremos los de la mañana o los de la tarde cuya inclinación hará que sean suaves y no produzcan quemaduras en las hojas. Por ejemplo, tenemos al jazmín del cabo, las azaleas y las alegrías del hogar.
Plantas para sombra o de interior
Así clasificamos localmente a aquellas especies que evolucionaron creciendo bajo la sombra de otras plantas. Siempre con la luz tamizada por la copa de árboles o arbustos.
El sol directo de nuestro verano las suele maltratar mucho y hasta puede secarlas.Necesitan de mucha luz natural e incluso de rayos solares filtrados por la copa de plantas de mayor porte o una cortina si las tenemos en el interior de casa. Por ejemplo: las hostas, la hoja de salón y los helechos.
Es importante saber que las plantas que consideramos “de interior” se adaptan a las condiciones que les podemos dar en nuestro hogar, crecen en “el exterior” en otras zonas y otros climas e, incluso, en nuestro jardín si tenemos un rincón muy protegido. Con esto en mente, podrás cultivar en patios internos plantas más delicadas y darle más espacio para crecer.
La parte práctica
Toda información es inútil si no se aplica. ¿Estás de acuerdo? Antes de incorporar nuevas plantas en el jardín tenés que estudiar cómo es el recorrido del sol, en especial el verano y dónde tenés las áreas de sombra.
Observá el tiempo y momento del día que está el sol de forma directa. Si, por ejemplo, son solo dos horas al mediodía, las plantas para sombra tendrán dificultad para estar bien en los meses de más calor y ese lugar no será el indicado.
Si la sombra es permanente como la de un edificio o de un árbol de copa compacta, es probable que las que coloques allí sufran de ahilamiento (se estiran en busca de la luz). Investigá o pregunta en el vivero cuáles son más resistentes a la poca luminosidad y a nuestro clima que te pueden ofrecer.
Una vez identificados los sectores en donde colocarás las plantas, solo te queda armar la composición teniendo en cuenta no solo la luz (que es el tema de hoy), sino también la cantidad de agua que necesitan para agruparlas también por este parámetro.
Y un último tips. Si el cantero o arriate que estás por armar es ancho podrás colocar dos o tres alturas de plantas, para que tenga más presencia en tu jardín. En el próximo artículo clasificaremos las plantas en función de su requerimiento hídrico para que tengas más información antes de armar tus canteros.
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