En más de una oportunidad te he contado que podés mirar tu jardín y dividirlo en “habitaciones” o “sectores” como si de tu hogar se tratara. Esto te permitirá optimizar los espacios, además de dar un carácter diferencial a tu oasis verde.
Cada espacio puede tener un uso definido, y así el juego de pelota de tus hijos no estropeará los adornos que tenés colgados o las macetas con aquellas plantas que tanto querés. Ese es un consejo que te puedo dar desde mi experiencia.
La cantidad de áreas y los usos que podás asignarles dependerán en gran medida del espacio disponible, pero también de la edad de las personas que hagan uso de ellas.
Si son adultos, las destinadas a recreación serán aquellas que posibiliten tener reuniones con amigos o familiares. Áreas abiertas con césped o una galería junto a la casa para colocar mesas y sillas.
Para los niños, otro es el cantar. Si tenés mucho espacio y niños pequeños, podrás incorporar juegos como columpios, toboganes y areneros.
Si son un poco más grandes, un espacio abierto para que jueguen a la pelota lejos de las plantas; es una buena elección.
Y hasta podrías definir el sector armando una valla con tejido metálico romboidal (como en las canchas) y cubiertas con enredaderas o, con cercos verdes tradicionales.
Aprender, descubrir y maravillarse con el mundo natural. ¡Qué hermosas experiencias!
Me resulta imposible describir con palabras el sentimiento y las sensaciones que corren por mis venas al momento de ver el rostro de un niño que descubre cómo una oruga se convierte en mariposa. O la fascinación en su mirada cuando puede observar cómo un ave alimenta a sus pichones en el nido. Podés ser parte de ese proceso diseñando lugares que te pongan en bandeja esos momentos.
Los he llamado espacios destinado al aprendizaje, pensando en las huertas urbanas y los canteros que se pueden armar con plantas específicas para permitir realizar actividades con orientación. Si contamos con adultos mayores, colocar plantas que evoquen recuerdos y realizar pequeñas artesanías pueden ser objeto de estimulación de los sentidos, de recuperar motricidad o simplemente de distracción.
La última categoría que podríamos hacer es la de generar espacios para la relajación, meditación y lectura. El objetivo de estos espacios es generar un refugio para nuestra mente. Un lugar para conectar con la naturaleza y desconectar de la vorágine diaria del trabajo y las cosas urgentes.
Lograrlo con las características necesarias es simple. Basta con colocar un banco debajo de la sombra de un gran árbol y en un sector íntimo logrado por plantas como si de un biombo se tratara. Un escondite. Pero como en todos los casos, las posibilidades son infinitas.
Si vivís en un departamento y el balcón es el único lugar con plantas, probá con colocar aquellas con grandes hojas alrededor de tu banco o una silla. Luego, otras plantas con hojas más pequeña dará la sensación de privacidad que buscás.
También podrías colocar móviles como los carrillones e incluso una fuente o cascada para incorporar el relajante sonido del agua. Sumar verde con un jardín vertical. ¿Qué opinas?
Estoy seguro que ya te imaginás leyendo un libro o, simplemente, escuchando las aves cantar mientras te relajás y dejás atrás los problemas de la vida por un rato.
Cada rincón en tu jardín puede ser utilizado, incluso aquel en el que no crece el césped. ¿Cómo? Colocá canteros elevados y armá tu huerta, construí un deck de madera y colocá una reposera o mesa de juego para los más chicos de la casa.
Y si no tenés una sombra decente para resguardarte del sol en verano, ¿qué tal te vendría una pérgola para colocar debajo ese sillón que te gusta? Las ideas que tenés en mente se pueden llevar a cabo, tal vez no al pie de la letra, pero son viables.
Y si estás con la tuya permanece en blanco o tenés por el contrario tantas ideas que no cuadran entre sí; pensá que enfrente tenés un desafío en lugar de un problema. Los “desafíos” invitan a ser enfrentados y resueltos.
Antes de despedirme un simple consejo: Siempre dibujá el espacio que deseás intervenir, colocá sus medidas tal como se hacen en los planos, ello te ayudará a dimensionar los elementos que deseás incorporar para que no queden abarrotados.
Ahora sí, me despido de ti, esperándote en la próxima nota y última del año en donde veremos cómo conectar los distintos puntos del jardín: Los senderos.
Por Prof. Claudio Doratto. Telegram: https://t.me/jardineros
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