Las casas para vacacionar y disfrutar de los fines de semana han probado ser grandes propuestas de arquitectura experimental, y hasta extravagantes.
Diseñadas por arquitectos reconocidos, son espacios de oportunidad indiscutible de innovación y exploración. Una prueba de cuando la arquitectura se convierte en objeto de colección.
Entre los ejemplos más paradigmáticos e icónicos encontramos la casa de la cascada (Fallingwater), de Frank Lloyd Wright en Wisconsin; la Villa E-1027, de Eileen Gray en la Costa Azul y, la casa Farnsworth de Mies van der Rohe, en Illinois.
A lo largo de la historia, la arquitectura ha sido relacionada con clientes ambiciosos, quienes trataron de ver sus ideas materializadas en el mundo. Tal es el caso del emperador romano que reconstruyó una obra maestra como el Panteón, como símbolo de triunfo. O la revolución industrial que desató un aumento de la riqueza en el siglo XIX, o los grandes empresarios que se convirtieron en filántropos y fundaron edificios públicos increíbles. Y como la economía global se dificultó significativamente, ahora estos edificios son necesariamente rentables.
El arquitecto Suizo Peter Zumthor completó su casa vacacional retirada en South Devon, Inglaterra. La casa demoró más de 10 años en ser construida. La diseñó para ser construida en hormigón y con una técnica que genera líneas horizontales en los muros, tanto del lado interior como exterior. Con su deseo de emular la fuerte presencia de los materiales, el dominio de la belleza del sitio y las luces y sombras de los proyectos de las Villas de Andrea Palladio.
Esta casa de retiro es la séptima construida para Living Architecture, una propiedad para ofrecer la oportunidad de rentar una casa diseñada por un arquitecto renombrado. La distribución es bastante simple, organizada en una planta. Existen dos alas, una que contiene dos dormitorios y la otra que contiene tres dormitorios. Donde las dos alas se encuentran hay un generoso espacio de estar.
La casa Ochoquebradas en Los Vilos de Ryue Nishizawas se extiende como una membrana de hormigón que evoca la forma de una ola, busca dialogar a través del contraste y la metáfora con el contexto donde se ubica.
Se compone por el único gesto formal y estructural de una losa ondulada de 50 m de largo y 30 cm de espesor, bajo la cual se disponen una serie de espacios que se abren directamente al océano.
La casa Villa Vista de Shigeru Ban Architects en Sri Lanka, está ubicada en la cima de una colina enfrentando el océano. Los paramentos enmarcan diferentes vistas.
La primera se percibe tras subir las escaleras que llegan desde la antigua casa y está delimitada en la dirección vertical por los muros del pasillo. La segunda es una perspectiva panorámica, completamente horizontal.
La última vista se observa desde el dormitorio principal, donde un marco cuadrado de madera de cuatro metros dirige la mirada hacia un acantilado. La apertura y amplitud de los espacios comunes contrasta con la sobriedad de los espacios más íntimos.
A diferencia de las casas de uso cotidiano, la rutina en estas casas, el sentido de utilidad y las limitaciones son sustancialmente diferentes.
Las casas de vacaciones ayudan a liberar convencionalismos, llaman a un grado de informalidad, imprevisibilidad e, incluso, hasta un poco de exuberancia.
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