Darle el protagonismo a la TV
A veces es inevitable disponer de un T.V. en nuestro hogar, pero no podemos permitir que presida nuestro salón. Para matricula de honor, lo suyo es disponer de una TV room. Si no es así, podemos disfrazarla con una obra de arte o un espejo que la camufle mientras está apagada.
Otro tema es la distancia con el sofá. Los televisores actuales ofrecen una buena calidad de imagen, así que hay que respetar una distancia mínima de 1,5m. Además, se debe evitar colocar el televisor en paralelo a la ventana para eludir los reflejos en la pantalla.
O no ofrecérselo a la mesa de centro
Tiene mucho peso por el lugar central que ocupa en la sala, podés llegar únicamente estirando el brazo, sentado desde el sofá. De la misma manera, hay que respetar un hueco de 50-60cm entre el sofá y esta mesa. Tampoco podés juntarla demasiado porque no será cómodo el acceso ni el paso. Si el salón es mini, la podés sustituir por un par de mesas auxiliares.
Pegarlo todo a la pared
Es cierto que puede parecer más grande, pero corremos el riesgo de que el espacio central quede vacío. Si tu salón es amplio, podés colocar el sofá en medio, y que sirva para separar ambientes.
La iluminación fría
Hablamos de temperatura de color, que se mide en grados Kelvin (K) y es la responsable de que sentirse a gusto en casa. Para el salón/comedor, elegí siempre fuentes de luz cálida —por debajo de los 3.300K—, así no te equivocarás.
De la misma forma, es fundamental distribuir bien los puntos de luz, más allá de la luz general del techo: para la lectura, para la siesta, para cuando vienen amigos…, al menos en tres de las cuatro esquinas de la habitación.
No dejar entrar la luz natural
O taponar su entrada con muebles. Cuanta más cantidad de luz natural haya en el salón, más amplio parecerá, así de simple. Huí de las cortinas demasiado opacas y de los sofás delante de la ventana.
Elegir mal las obras de arte
Después del sofá y el color de las paredes, estas son las que ofrecerán la personalidad a la sala. Por lo que intentá esquivar las clásicas láminas.
Cargar demasiado las paredes
Cuadros, baldas, estantes, papel pintado, espejos… Un consejo: economizá. Si la pared cuenta con papel pintado, por ejemplo, ya está decorada, no necesitás mucho más. Si está pintada, podés cargar más un frente, pero entonces deberás dejar despejados otros para compensar. Un cuadro de grandes dimensiones, una lámpara de pie o un espejo llena de manera limpia y ordenada, más que una composición con varios cuadros o láminas.
Temer el color
Crear una base neutra es un clásico atemporal, pero no olvidés introducir notas diferenciadoras para prevenir un salón soso. Jugá con con los textiles y los tonos. Elegí un máximo de tres colores y combinalos en los cojines y alfombras.
Todo del mismo estilo
Como en el vestuario, una habitación decorada con todos los muebles de la misma colección, es aburrida. No hay dinamismo. Aunque la mayoría de las piezas del mobiliario deben estar en consonancia, apostá por alguna diferente que aporte el plus.
No sacarle provecho a las alfombras
Son fantásticas para distribuir los ambientes, pero solemos pecar de utilizarla pequeñas para que no coman espacio.
La alfombra debe cubrir bien. Olvidate de la alfombra que solo tiene encima la mesa de centro, hará que la sala se vea mucho más enana.