Por Arq. María Florencia Oña La Micela. Contactala aquí.
El método educativo Montessori nació en Europa a principios del siglo XX y una de sus características principales es el fomento de la independencia en el aprendizaje de los niños, creando ambientes para la exploración del mundo a través de los sentidos.
Este método fue desarrollado por la doctora María Montessori. Enfatiza la independencia de los niños y los visualiza con el entusiasmo natural para desarrollar el conocimiento y la capacidad innata para comenzar el aprendizaje en un ambiente comprensivo y preparado. Desalienta algunos sistemas de evaluación convencional como pruebas y notas. Estas teorías se desarrollaron a principios del 1900 y surgen como un experimento científico con sus estudiantes. Desde el momento el método ha sido implementado en diversos sitios del mundo en escuelas públicas y privadas.
Algunos elementos esenciales con los que trabaja son: alumnos de diferentes edades en un salón de clases de 0 a 3, 6 a 9, 9 a 12 y 12 a 15 años de edad. Los estudiantes eligen sus actividades en un rango de opciones. Cuentan con bloques ininterrumpidos de trabajo, idealmente tres horas. Se emplea un modelo de descubrimiento donde los estudiantes aprenden conceptos trabajando con materiales y no con instrucciones directas.
Los elementos didácticos especiales de educación son de madera y no de plástico. Es necesario contar ambiente cuidadosamente preparado donde los elementos son organizados por la asignatura, al alcance de los niños y adecuados en el tamaño. Hay libertad dentro los límites. Es necesario contar también con un maestro entrenado, quien pueda seguir y cuente con experiencia en observar las características personales de un niño, tendencias, talentos innatos y sus habilidades.
El proyecto del Jardín Montessori por HGAA articula dos aulas alrededor de una serie de jardines; los espacios principales de aprendizaje. El método se ha desarrollado recientemente en Vietnam y este jardín de infantes imparte la enseñanza Montessori. El concepto principal fue de crear un ambiente natural para los niños: un aula entre árboles y flores. El proyecto se sitúa en un terreno alquilado por un plazo entre 5 y 10 años. Con esta premisa la estructura debía ser de montaje simple, con poco impacto y contar con la capacidad de reubicarse en un nuevo sitio.
Debido a este hecho se optó por un sistema de piezas de acero, que configuran dos grandes volúmenes, rodeados por jardines: uno con grandes árboles y otro con frutales. Conectados a través de pasarelas y escaleras en altura, diagramando un circuito continuo exterior.
Más del 50% del terreno se destina al jardín, el espacio de aprendizaje principal, donde los niños se relacionan de manera directa con las plantas. En aspectos microclimáticos el jardín de los árboles que rodea el aula crea una atmósfera fresca. Las aulas son diseñadas como espacios amplios y sin divisiones, vinculados al exterior por grandes puertas ventanas vidriadas.
La escuela Montessori por Radar contempla tres condiciones previas: el programa, el tiempo de ejecución y la eficiencia energética. Los estudiantes se agrupan por etapas de desarrollo. El tamaño de las aulas se determina por el material didáctico y la libertad de movimiento. Para ejecutar el proyecto se opta por un sistema constructivo en seco.
El edifico emerge en un volumen longitudinal como un gran basamento de madera, la primera planta se materializa con chapa. El acceso al edificio se da a través de una entrada cubierta.
El edificio se crea como un entorno de aprendizaje dinámico, con espacios versátiles y flexibles. Ofreciendo oportunidades de experiencia del espacio a través del cambio de escala, material y los diferentes estratos.
El Colegio María Montessori por EP Arquitectos y Estudio Macías Paredo se encuentra en Mazatlán. Una ciudad en la costa del Pacífico de México con altas temperaturas en gran parte del año. El concepto base fue hacer frente a esta condición climática determinante.
Tratando de minimizar el impacto del calor en las aulas, sin perder la iluminación natural y la conexión con el exterior. El sitio presenta una cara hacia la ciudad, desarrollando un carácter controlado hacia el interior, como una especie de aldea para niños con sus patios internos.
Debido al modelo Montessori se realizan aulas donde se puedan propiciar dinámicas de experimentación de los sentidos. Resultando el espacio centrifugo como el más adecuado para este fin.
Un sistema de 19 módulos de planta hexagonal contienen las aulas, según la disposición de los módulos se generan patios creando paisajes internos. Buscando la luz natural y las corrientes de aire a través de lucernarios. El interior de estos módulos se diseñan para desarrollar diferentes actividades, desde los espacios administrativos a los directivos y didácticos. El sistema de módulos independientes favoreció la construcción en etapas. El módulo como célula y célula en conjunto; permite que los niños construyan con mayor libertad su propio orden.
¿Cumplirán estos ejemplos arquitectónicos las premisas del método Montessori? El mismo se fundamenta en el respeto de los niños, su libertad y en la capacidad de aprender, respetando su individualidad, autonomía y confianza en si mismos. La observación, la investigación científica, el aprendizaje a través de materiales concretos, la espontaneidad y libertad de elección son elementos básicos del aprendizaje.
Por ello es primordial contar con espacios de aprendizaje poco convencionales, donde las jerarquías tradicionales se descarten y se fomente el desarrollo de un espacio que se convierta en un refugio. Un oasis donde las actividades se desarrollen en armonía e incentiven la exploración a través de los sentidos. Un espacio arquitectónicamente diseñado donde se refleje el espíritu del método de enseñanza.
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