El estilo contemporáneo surgió de una necesidad muy clara: los espacios cada vez más pequeños que ofrecían las nuevas viviendas urbanas requerían muebles de líneas ligeras, que se integraran bien en ellas.
Así, las figuras del diseñador y del interiorista han ido cobrando protagonismo y estos muebles han adquirido una mayor funcionalidad.
A su vez, materiales tradicionalmente industriales como el acero, el aluminio o el cristal se han puesto a la vanguardia de los utilizados en decoración y la ergonomía ha impulsado la creación de piezas mejor adaptadas a la anatomía humana.
Líneas depuradas
El mobiliario contemporáneo bebe, básicamente de la fuente del minimalismo. Las principales características de esta corriente artística nacida en los años 60 son las formas simples y los volúmenes geométricos.
Las superficies lisas y limpias, los tonos puros y la incorporación de materiales industriales en la fabricación de mobiliario.
De ahí que el mobiliario contemporáneo, proponga líneas estilizadas y rectas, perfectas para utilizar como base o comodín con las que combinar cualquier otro con piezas de estilo clásico, o colonial logrando un efecto más envolvente y cálido y con piezas étnicas marca una estética muy actual.
Diseño actual y mezcla de materiales
Otra de las características del estilo contemporáneo es la mezcla de materiales, fruto de una evolución constante y de la aportación que ha recibido de materiales tradicionalmente industriales.
Todos estos materiales, tecnológicamente muy avanzados: acero, aluminio, tapizados de última generación, derivados plásticos…
Estos se mezclan con texturas y maderas tradicionales o recuperadas, sin ningún problema, ya que el eclecticismo es otra seña que define la identidad de este estilo de mobiliario.
Buscar la comodidad
En evolución constante, la innovación en diseño y materiales hace que este estilo de como resultado piezas en las que prima la funcionalidad, la comodidad composiciones modulares que permiten variar fácilmente una distribución.