Desayunos saludables. Empezar el día con un desayuno equilibrado y repleto de nutrientes, nos asegura tener un apetito más controlado durante toda la jornada. De hecho, al saltarnos el desayuno, estamos contribuyendo a comer más calorías al final del día, calorías que seremos incapaces ya de quemar y se acumularán en nuestro organismo.
Beber agua. Si consumimos dos litros diarios de agua, ayudaremos a mantener el equilibrio de líquidos necesario en nuestro organismo y puede ayudar a quemar hasta 100 calorías extra al día. Además, también mantendremos nuestros órganos y nuestro cuerpo convenientemente hidratados.
Consumir teína. El té, sobretodo el negro y el verde, son activadores naturales de nuestro metabolismo y nos ayuda a quemar las calorías de forma más rápida. Su efecto estimulante, también nos proporcionará más energía y hará que nos movamos más.
Ejercicio físico. Este es el pilar en cualquier reducción de calorías. Cuanto más tiempo le dediquemos y más vigorosa sea la actividad que realicemos, más calorías quemaremos. Al construir masa corporal con el ejercicio y promover la destrucción de la grasa, también estaremos quemando calorías, ya que este tejido trabaja el doble incluso en reposo.
Por último, la combinación de entrenamientos de fuerza con ejercicio aeróbico, será el tándem perfecto para conseguir el ansiado descenso en la báscula y eliminar más eficazmente las calorías de nuestro cuerpo.