Cuando la arquitectura está al servicio de los alimentos

La gastronomía y la arquitectura se dan la mano, pues han estado vinculadas a lo largo del tiempo tanto en los mecanismos que proponen como en la aplicación de los mismos de un modo preciso. ¿Podría esta relación ser aún más explícita?

El ambiente que cultivamos

Por Arq. María Florencia Oña La Micela. Contactala aquí.

Dan Barber es considerado uno de los padres fundadores del concepto granja a la mesa, como movimiento gastronómico. Dirige una granja, un restaurante y un centro educacional en Upstate New York, donde los ingredientes viajan solo unos metros antes de ser preparados y servidos en deliciosas comidas. Su libro el Tercer Plato: ‘Notas en el campo sobre el futuro de la gastronomía’, ha servido de inspiración para muchos.

Nest We Grow ganó el cuarto premio Anual Internacional de Diseño Construcción en 2014, fue realizado por Kengo Kuma & Asociados + College of Environmental Design UC Berkeley.

En respuesta a un interés fuerte en gastronomía y técnicas de unión tradicional de madera, el proyecto intenta crear una estructura pública para la comunidad donde puedan sembrar, cosechar, guardar y preparar comidas.

Los cinco elementos programáticos de cultivar, cosechar, conservar, cocinar y compostar se interceptan por sección, creando un ambiente complejo e íntimo con espacios de reunión.

El proyecto, exitoso y humilde, utiliza una fachada como oportunidad para espacio de cultivo de vegetales y también incorpora la producción de comida a través de la circulación en la estructura. La misma está compuesta de una forma bella y equilibrada, respondiendo a la arquitectura tradicional japonesa.

Más significativamente la naturaleza de este proyecto responde de manera exitosa a las estaciones, permitiendo que el entorno informe la productividad del edificio en lugar de que los ocupantes del edificio informen la productividad del ambiente.

Este proyecto es significativo, ya que cuidadosamente representa y superpone los diferentes elementos programáticos, los cuales están relacionados al proceso de cocinar. La búsqueda original comenzó con los materiales utilizados. Estas ideas se presentaron con objeto de lograr un edificio capaz de incluir energías renovables, aplicando tecnologías tradicionales en un nuevo entorno.

Las fachadas abiertas permiten la incorporación al edificio de un ambiente natural en el clima interior, pueden también crear amortiguación entre los dos ambientes. El agua de lluvia se recolecta y se distribuye a tanques utilizados para el riego de plantas. Programáticamente se distribuyen los espacios en base a los procesos de cultivar, cosechar, conservar, cocinar – comer y compostar, recomenzando el ciclo.

Space 10 crea una granja urbana en Copenhague. Es un pabellón llamado ‘Thegrowroom’.

Se concibe con el objetivo de poder cultivar mucho más en las ciudades.

Entorno a la conversación de cómo traer naturaleza a las ciudades, esta propuesta puede satisfacer la demanda por producción de comida, la cual está en aumento.

La estructura incluye una serie de perfilería metálica, la cual sostiene macetas de madera. El interior ofrece un espacio de recreo, un jardín privado en el espacio público donde las personas puedan reunirse, hablar y relajarse.

The Farmhouse es un intento de reconectar a las personas en las ciudades con el proceso de cultivar lo que se consume. Este proyecto nace como una motivación personal de los arquitectos, se mudan desde Beijing a las montañas de Austria.

Cultivan su propia comida y el resto lo obtienen de los agricultores vecinos. Han desarrollado una relación muy diferente con la comida e intentan elaborar proyectos que puedan traer de regreso el cultivo a las ciudades.

La comida y el refugio son necesidades humanas y la arquitectura puede repensar esta relación.

Existe la oportunidad de reconectar la arquitectura con la agricultura y mejorar para un beneficio mutuo. Se ha perdido la conexión física y mental con la naturaleza y este proyecto podría ser un catalizador para reconectarnos con el ciclo de vida de nuestro ambiente, según lo explican sus creadores.

La arquitectura siempre se encuentra en relación al hombre físico, al cuerpo humano, como la misma arquitectura. La naturaleza que nos nutre y alimenta podría acercarse mucho más a la realidad física del hombre, brindando también alimentos más saludables, sin elementos químicos; incorporando sustentabilidad al tener los alimentos más próximos al consumo. ¿Podrán estas propuestas expresadas a modo de pabellón, arquitectura efímera o, incluso, ensayo desarrollarse más allá de lo utópico?

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