Sin duda, una fuente de energía inigualable y una gran opción para hacer deliciosas recetas para empezar el día con el mejor pie. Consumirlos en la cantidad adecuada a primera hora será perfecto para arrancar el día. Además, disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares por sus grasas monoinsaturadas, son un poderoso antioxidante y poseen muchísima fibra.
A la hora de consumir la crema de maní tenés que tener en cuenta algo: la receta con la que está hecha.En numerosas ocasiones nos encontramos envases en el supermercado que tienen muy buena pinta pero al observar su contenido nutricional nos damos cuenta de que están llenos de azúcar y nos aportan un extra que no nos interesa. Por eso, nuestro consejo es que la hagás vos misma. Es muy sencilla, nada engorrosa y es la mejor forma de asegurarte que los ingredientes que lleva son 100% fiables.
Paso a paso
- Tomá un buen puñado de maníes naturales o tostados sin sal y trituralos con una picadora o batidora durante dos minutos. En este primer paso tené paciencia, puesto que necesitará tiempo para que queden triturados completamente (en textura crema) y no solo troceados. Aproximadamente al minuto de estar triturando empezaremos a ver la pasta, aunque al principio será muy densa. Date unos segundos más para obtener la textura perfecta.
- En algunas recetas podés colocar unas gotas de aceite de oliva virgen extra pero nuestra recomendación es que no lo hagas. Los maníes tienen ya un aceite que te va a dar la textura crema y añadirle más es agregar un exceso de grasa que realmente no te hace falta.
- Una vez hecha la crema, la guardamos en un recipiente la metemos en la heladera. Así nos durará semanas, pero tenés que tener en cuenta que al ser casera y sin aditivos parte del aceite natural de los maníes subirá a la superficie con los días y necesitarás volver a mezclarlo todo cuando vayas a consumirla.
¡Fácil, sencilla y muy natural! Ya tenemos nuestra crema, ¿te animas a preparar unos desayunos para disfrutar de ella?