La elección del color a utilizar en una oficina no es un tema menor, más si consideramos que hay algunos que incitan a la actividad y dan ánimo, mientras que otros entregan sensación de optimismo, como son los tonos amarillos y anaranjados.
Por ello, compartimos algunas recomendaciones, las que pueden resultar de gran utilidad al momento decidirse por una u otra tonalidad.
La naturaleza de la empresa: todo depende el rubro de la compañía, ya que es importante reflejar el ADN corporativo en el diseño que se desea implementar y combinar de manera equilibrada lo que son, con lo que se necesitan.
Las plantas en las oficinas son elementos motivadores: el hecho de que el verde sea un color que pertenece a la naturaleza, estimula a las personas a sentirse más esperanzados y, al mismo tiempo, potencia el ingenio.
Contraste de colores: en lugares donde son diversas las áreas de trabajo, es importante estimular, pero no dañar el ojo con saturación de color. Por lo tanto, crear un contraste de colores es perfecto y permite separar las distintas áreas al interior de una oficina, creando lugares ideales para todos los que pertenecen al equipo.
Unir todas las piezas y establecer un equilibrio entre lo que se espera cumplir con la realidad del espacio en sí, es parte del desafío de los diseñadores que se especializan en espacios de trabajo.
Existe una psicología del color, la misma entrega información sobre cómo responden las personas de manera consciente e inconsciente a ciertos estímulos, que son asociados a los colores de la naturaleza. En tanto, los tonos oscuros o más alejados de los más vivos, generan en algunos casos falta de creatividad y productividad en los colaboradores.
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