Grandes superficies sin divisiones. Estos espacios incorporan zonas comunes conectadas entre sí con mucha luz y destacado aspecto fabril. El espacio vacío, en tanto, constituye un elemento preponderante.
En esencia, los muebles y elementos que caracterizan la estética fabril son piezas recuperadas. Mesas de carpintero, mostradores de fábricas, sillas de despachos, taburetes, cajoneras, lockers, lámparas o máquinas de escribir, se ajustan perfectamente.
TIPS
La luz juega un rol fundamental en el espíritu industrial. Es preciso que la vivienda cuente con grandes ventanales que permitan un acceso importante de luz natural.
Las valijas viejas son un complemento ideal para este tipo de decoración. Apilándolas convertirás increíbles mesas de apoyo en rincones de tu casa.
Las lámparas de cuerpo esbelto y flexible se ajustan a este tipo de ambiente. Es posible colocarlas en un sector de lectura o sobre una mesita de luz.
Techos altos en los que las tuberías de conducción de aire acondicionado y calefacción quedan al descubierto. Esto crea una simbología casi irrenunciable, aunque no imprescindible, para impregnar de ese toque despejado, funcional y eminentemente práctico que ofrece el estilo industrial.
Para realzar aún más el mobiliario y no caer en la frialdad de las piezas de hierro, aluminio y acero inoxidable, es propicio combinarlos con objetos, muebles y elementos textiles de marcado acento étnico. Esculturas, jarrones o piezas de madera tallada, resultan muy útiles.