Si te gustaría añadir cebolla caramelizada a casi todo, pero te suele dar pereza prepararla en casa, puede que este método para prepararla en el horno se convierta en un básico de tu cocina.
La magia de la cebolla caramelizada es un proceso químico mediante el cual se liberan y oxidan los azúcares naturales que contiene la propia hortaliza. El único inconveniente, además del tiempo, es que la cebolla se va reduciendo y pierde muchísimo volumen durante la cocción, por eso resulta complicado utilizar una sartén, ya que además conviene no amontanarla mucho.
Por eso en casa nos decidimos a probar esta receta utilizando el horno y el resultado nos ha convencido por completo. Solo hay que remover de vez en cuando la cebolla, vigilar que no se queme añadiendo algo de agua, y dejar que el calor y el tiempo hagan su trabajo.
Ingredientes
Para 4 personas
- Cebolla (o las que quepan) 6
- Aceite de oliva virgen extra (una cucharada) 15 ml
- Agua
- Sal
Cómo hacer cebolla caramelizada al horno
Dificultad: Fácil
· Tiempo total 1 h 10 m
· Elaboración 15 m
· Cocción 55 m
- Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Cubrir una bandeja grande de horno con papel antiadherente de hornear.
- Pelar las cebollas y cortar en juliana o plumas más o menos finas. Distribuir en la bandeja hasta ocupar todo el espacio, amontonando un poco pero no en exceso. Añadir el aceite de oliva, un chorrito de agua y sal al gusto.
- Mezclar bien con las manos limpias y volver a extender homogéneamente. Hornear durante 50-60 minutos en la parte baja, removiendo cada 10 minutos, más o menos.
- Añadir un poco más de agua a media cocción si se quedara demasiado seco.
- El tiempo exacto dependerá del tipo de cebolla, la potencia del horno y el gusto, pues se pueden dejar más tiempo si se prefiere una caramelización más intensa, teniendo en cuenta que reducirá más aún el volumen.
Con qué acompañar la cebolla caramelizada en el horno
La cebolla caramelizada, jugosa, dulzona, sabrosa e intensa, se devora por sí sola, pero sin duda es un complemento ideal para multitud de platos. Más digestiva que la cebolla cruda o frita, combina muy bien con aves asadas, tanto en caliente como usándola en ensaladas, por ejemplo con pollo. Es perfecta para enriquecer hamburguesas, sándwiches y todo tipo de aperitivo y tartas saladas con queso.