El tifón se ha convertido en el principal protagonista del Mundial de rugby. Todo gira en torno a Hagibis. La anulación de dos partidos ha dejado contentos a algunos, como Nueva Zelanda e Inglaterra, e infelices a otros, como Italia.
Hagibis, al que los meteorólogos esperan que se meta con fuerza el sábado en Tokio y en sus alrededores, ha obligado a suspender los partidos Nueva Zelanda-Italia en Toyota y Francia-Inglaterra en Yokohama.
La suspensión y el consiguiente empate 0-0 entre los equipos han confirmado los primeros puestos de Nueva Zelanda e Inglaterra, en los grupos B y C.
Italia se quejó amargamente de la decisión, y aunque no tenía muchas posibilidades ante los All Blacks, quería jugarlo.
"Si Nueva Zelanda hubiera necesitado cuatro o cinco puntos contra nosotros, el partido no habría sido anulado", declaró el capitán italiano, Sergio Parisse.
Esa anulación pone fin a las ínfimas esperanzas de Italia de alcanzar los cuartos de final. Habría hecho falta para ello que ganara por primera vez al triple campeón del mundo, además con un bonus ofensivo.
World Rugby, la federación internacional de este deporte, negó el presunto favoritismo afirmando que "se exploraron todas las opciones" para asegurar "una decisión consistente, justa y equitativa para todos los equipos".
Los All Blacks, por su parte, rechazaron haber tenido un trato preferencial.
Uno de ellos, el segundo línea Sam Whitelock, jugador de los Canterbury Crusaders, ya ha vivido la experiencia de la cancelación de partidos del Super Rugby debido a sucesos trágicos, como el terremoto de 2011, en el que fallecieron 185 personas y la matanza en una mezquita este año, que se llevó 51 vidas.
"Viví la experiencia de un par de partidos anulados de Super Rugby, con el terremoto y el tiroteo en la mezquita, y en ambas ocasiones entendí las razones. El rugby es una cosa muy pequeña", dijo.
Si Italia se siente perjudicada y Nueva Zelanda e Inglaterra defienden la decisión, tras confirmar sus primeros puestos en sus grupos, Francia prefirió alejarse de cualquier polémica.
Los Bleus, que ya estaban clasificados, con su empate, confirman su segundo puesto en la llave.
El equipo técnico francés obtuvo de la World Rugby dos jornadas suplementarias sin atención a la prensa para no entrar en polémicas sobre el tema.
De cualquier manera, también salen beneficiados con una semana suplementarios de descanso de cara al partido de cuartos de final, contra Australia o Gales.
Mientras tanto, el seleccionador de Japón, el que fuera All Black Jamie Joseph recordó la buena campaña de su equipo, ante comentarios procedentes de la selección escocesa.
El XV del cardo necesita ganar a los nipones para pasar a cuartos de final en el Grupo A y la anulación que conllevaría un empate, los dejaría fuera.
"Pienso que se han minusvalorado los resultados de Japón", dijo Joseph.
Sus palabras parecían ir dirigidas al seleccionador escocés Gregor Townsend, que metió presión a la World Rugby para que se juegue el partido el domingo, o el lunes en Yokohama, en la periferia de Tokio.
"Debemos tener confianza en los organizadores para que sea jugado, aunque sea a puerta cerrada o en un estadio diferente", lanzó el jueves Gregor Townsend.
El seleccionador de Inglaterra, Eddie Jones, tomó posición contra Escocia con sus declaraciones.
"Se hablaba de lo que podía pasar. Es la temporada de los tifones y había que barajar esta posibilidad", declaró Jones.
"Sabíamos que esto podía pasar y por ello había que acumular puntos en los partidos para estar protegidos ante este eventualidad", añadió el seleccionador, que había ganado sus tres partidos antes de que se anulase el que tenía que jugar contra Francia.
World Rugby esperará probablemente al domingo por la mañana para tomar una decisión sobre el Japón-Escocia, horas antes de su inicio a las 19h45 locales (10h45 GMT).