Multitudinaria despedida a Chespirito

Miles de personas se dieron cita ayer en el Estadio Azteca de la ciudad de México para rendir su homenaje póstumo al autor de El Chavo, El Chapulín Colorado y tantos personajes que hicieron reír a millones en América Latina.

Multitudinaria despedida a Chespirito
Multitudinaria despedida a Chespirito

Una multitud coreaba “Chespirito, Chespirito”, mientras aplaudía ayer hacia el mediodía la entrada del féretro a la cancha del Estadio Azteca con los restos del gran Roberto Gómez Bolaños, rebautizado con un apodo que lo señalaba como “el pequeño Shakespeare de México” y que fue ídolo en todos los países de Latinoamérica a través de un programa televisivo que hasta hoy se sigue emitiendo con éxito.

“¡Chavo, Chavo!”, gritaban otros, y “¡Se ve, se siente, el Chavo está presente!”.

A punto de entrar a la cancha del estadio, miles de niños disfrazados como el Chapulín Colorado recibieron el féretro, el cual fue colocado en el centro, donde dos fotografías gigantes con el rostro de Gómez Bolaños atestiguaban el homenaje, en tanto que dos grandes pantallas pasaban videos sobre su vida y sus personajes, poco antes de la celebración de una misa que incluyó canto lírico, mariachis y su música favorita.

Muchos iban ataviados como los personajes creados por Gómez Bolaños, pero sobre todo con remeras rojas, el color de El Chapulín Colorado, un héroe inusual que era descrito como “más ágil que una tortuga” y “más fuerte que un ratón”.

Su viuda, Florinda Meza, y familiares llegaron hasta el centro del estadio. Sus hijos llevaban camisetas rojas del Chapulín con un corazón amarillo y las letras CH en el pecho.

“Gracias por hacernos reír” y “Síganme los buenos” se leía en algunos estampados de las remeras que llevaba la gente.

El cortejo

El féretro con los restos del comediante, escritor y guionista partió poco antes del mediodía de las instalaciones de la cadena Televisa, para la que trabajó toda su vida, y se dirigió al estadio a bordo de un vehículo descubierto y forrrado de rojo.

Protegido el féretro con un acrílico, en la plataforma también se observaban dos esculturas, una del Chavo del Ocho y otra del Chapulín Colorado, y varios ramos de flores blancas.

Como parte del cortejo, en una camioneta también blanca viajaba su viuda, quien por años interpretó a Doña Florinda, uno de los personajes creados por su marido para la serie de “El Chavo del 8”.

En el Estadio Azteca la gente podía seguir en dos grandes pantallas el recorrido del féretro.

Los restos de Gómez Bolaños fueron trasladados el sábado desde Cancún, la ciudad en la que falleció el viernes a los 85 años,  hasta la capital mexicana donde el comediante nació y vivió hasta 2009, y fueron velados en las instalaciones de Televisa, la empresa con la que trabajó durante cuatro décadas.

La gente lo acompaña

“Pensé que la gente así no se muere”, dijo Gilberto Romero, un hombre de 47 años que arribó con su esposa y sus tres hijos hasta el estadio al sur de la capital del país, donde miles de fanáticos llegaban desde la mañana para decirle adiós a uno de los mayores humoristas de la historia reciente de México y cuya influencia superó fronteras para marcar a generaciones de toda la región.

María Laredo, una mujer de 86 años, llegó con su hija Angélica Herrera de 48. “Es muy chistoso, lo recuerdo de siempre; se lo enseñé a mis hijos”, dijo Laredo, mientras su hija añadió: “Nos ha marcado a muchas generaciones, le gustaba a mi mamá, me gusta a mí y hasta le gusta a mi nieto que tiene tres años”.

Aunque muchas personas iban disfrazadas como personajes de Chespirito y varios llevaban gorros como los que usaba El Chavo del Ocho, lo que más se veía eran las “antenitas de vinil”, como las que ayudaban al Chapulín Colorado a detectar la presencia de enemigos.

“Es mentira eso que dice que sólo gustaba a gente más humilde, gustaba a todos”, dijo Judith Robles, de 25 años y responsable de relaciones públicas en un hospital de la ciudad norteña de Monterrey, mientras trataba de superar la indecisión de qué antenitas comprar.

Al homenaje llegaron también algunos extranjeros, como dos primos de Cali, Colombia, que estaban de vacaciones en México cuando se enteraron de la noticia del deceso.

“Estamos bien tristes, pero bien contentos de poder estar aquí, esto es histórico”, dijo Irme de Jesús Pulgarín, de 31 años, mientras su primo Iván de Jesús Pérez grababa todo en su celular para enviárselo a sus hijos.

Tampoco tampoco faltaron los turistas despistados que al visitar el estadio se encontraron con el homenaje, como el francés Jonathan Janicki, de 28 años. “En cuanto llegue al hotel voy a mirar en Internet quién es el que ha muerto”, dijo el hombre. “¿Debe haber sido muy popular, no?”.

Frases para recordar

A la hora de recordar a Roberto Gómez Bolaños vienen a la memoria las frases más populares de sus diversos personajes. Entre otras, las siguientes:

"Fue sin querer queriendo" (El chavo del 8, cada vez que lo retaban).

"Es que no me tienen paciencia" (El chavo).

"No contaban con mi astucia" (El chapulín colorado).

"Que no panda el cúnico" (El chapulín colorado).

"¿Y ahora quién podrá defenderme?" ("¡Yo!", responde El chapulín colorado).

"¡Se me chispoteó!" (El chavo del 8).

"Lo sospeché desde un principio" (El chapulín colorado).

"Se aprovechan de mi nobleza" (El chapulín colorado).

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