Sociedad
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hace 42 minutos
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner criticó hoy el "hostigamiento" de "secuaces judiciales" contra el Poder Ejecutivo, aseguró que "no tiene nada que esconder" en torno de las investigaciones que podrían involucrarla y defendió a funcionarios de su gabinete, como el ministro de Justicia, Julio Alak, pero evitó mencionar al vicepresidente Amado Boudou.
En el marco de los festejos por los 31 años de la Democracia y el Día Internacional de los Derechos Humanos, la mandataria renovó sus críticas al Poder Judicial, al reclamarle "un poco más de decoro" y afirmar que "no es cierto que sea corporativo", dado que, advirtió, sólo "defiende a determinadas personas".
Durante su discurso, solicitó a "los altos estamentos del Poder Judicial" que "miren el patio de su casa", calificó de "hostigamiento" el llamado a indagatoria de Alak por su actuación al frente de Aerolíneas Argentinas y los allanamientos en las oficinas de la procuradora Alejandra Gils Carbó.
En cambio, evitó referirse a Boudou, el integrante del gobierno más asediado por las causas judiciales, que estaba ubicado a pocos pasos de distancia de la mandataria, a quién la justicia resolvió enviarlo a juicio oral por la falsificación de documentos de un auto.
"Soportamos nueve corridas cambiarias, pero como los resultados no fueron los esperados, a los sicarios mediáticos se le unen algunos secuaces judiciales", expresó la Presidenta, y puso como ejemplo la situación de Alak al recordar la orden emitida por el juez Marcelo Martínez de Giorgi.
Esta se produjo "15 minutos antes de que comenzara en la Cámara de Diputados el tratamiento del Código de Procesamiento Penal", señaló, tras lo cual ironizó con que fue "seguramente una coincidencia", y se quejó porque "nunca un juez procesó o llamó a los vaciadores, empresarios extranjeros de Aerolíneas Argentinas; tuvo que ser la justicia española quién los denunció, condenó y encarceló", dijo.
Se trata, sostuvo de una "persecución y hostigamiento, no sólo contra miembros del Poder Ejecutivo", sino también "dentro del Poder Judicial", consideró, y citó otro ejemplo el destacar los allanamientos en las oficinas de la procuradora Gils Carbó, algo "que no se conoce en la historia".
En relación a las críticas contra la Procuradora, pidió que la oposición recuerde que "el primer candidato era otra persona", en relación a Daniel Reposo, y se refirió a los "altos estamentos" del Poder Judicial: "Cuando se lo escucha hablar sobre independencia del poder le pido que mire el patio de su casa, porque atacan a sus fiscales".
En este punto, cuestionó el llamado a indagatoria y el procesamiento de "dos fiscales" en referencia a Carlos Gonella y Omar Orsi por parte de una jueza "garante y fiadora", dijo la Presidenta, de una persona acusada por narcotráfico, y relacionó este procedimiento judicial a las investigaciones en "bancos y cuevas financieras".
Además de defender a Alak y Gils Carbó, Cristina Fernández destacó el trabajo del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, y en varias ocasiones pidió precisiones al ministro de Economía, Axel Kicillof, aunque nuevamente en esa ocasión obvió mencionar a Boudou.
La mandataria, por otro lado, recordó el caso de las 4.040 cuentas de argentinos no declaradas en Suiza, motorizado por una denuncia de la AFIP que, según dijo, "nadie quería recibir".
También, reclamó "información" sobre las 123 cuentas radicadas en el estado norteamericano de Nevada, presuntamente pertenecientes a Lázaro Báez, que habrían despertado el interés de los fondos buitre en el litigio por el pago de la deuda reestructurada, dado que, advirtió, "los argentinos estaríamos más contentos" si se contara con esos datos.
En este sentido, aseguró que los "buitres" están "perdiendo algunas plumas" y que van a "terminar siendo un verdadero cachivache".
En ese marco, descartó que esta situación pueda ejercer sobre ella algún tipo de presión al asegurar que "no tiene nada que esconder ni nada que ocultar".
El discurso central, emitido en cadena nacional, tuvo lugar en el salón Mujeres Argentina de Casa Rosada, a raíz de las fuertes lluvias que cayeron sobre Plaza de Mayo, donde había montado un escenario para que la mandataria pudiera dirigirse a sus militantes y donde, durante la tarde, se desarrolló un festival musical, aunque de forma acotada debido al mal tiempo.
Luego, cuando ya había mejorado el clima, salió al escenario, en la plaza para saludar a la concurrencia y nuevamente dirigió unas palabras.
