El expresidente y senador uruguayo José Mujica dijo hoy que América Latina ha quedado "malherida" tras la destitución de la ahora expresidenta brasileña Dilma Rousseff en un proceso que calificó como una "pantomima" con "toda la apariencia de un juicio" y que tildó de "golpe de Estado".
"Toda esa discusión del Senado fue una gigantesca pantomima para tapar el rabo. Esto estaba decidido y en otra parte. Se montó un escenario, a los efectos de embaucar a la opinión publica, (...) con toda la apariencia de un juicio, pero desde el primer momento esto estaba decidido", opinó Mujica en un acto en Montevideo.
El expresidente participó en la capital uruguaya en una conferencia organizada por la principal central sindical del país suramericano, el Pit-Cnt, para condenar la destitución de Rousseff.
"Lo que ha pasado en Brasil considero que es dramático por la forma que tomó y por la repercusión que tiene Brasil dadas sus dimensiones", dijo a la prensa tras el acto.
En ese sentido, Mujica considera que la región "queda malherida" y "pierde capacidad diplomática de incidir en el peso del mundo".
"Lo mejor para ser dominados es estar bien divididos, esta es una ley vieja", manifestó.
Preguntado acerca de si considera que hay una falta de movilización por parte de los votantes de la formación política a la que pertenece Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT), el expresidente uruguayo considera que sí y la atribuye a varios factores.
Por un lado, considera que, en el marco de la crisis económica brasileña, Rousseff tomó algunas decisiones "que la gente no entendió".
"La compañera Dilma no tuvo cancha para negociar y sobre todo desconcertó a mucha gente de su propia fila porque quiso frenar el peso de la crisis económica con algún tipo de medida relativamente conservadora en el seno de su economía, un poco sin discutirla con su propia gente", dijo Mujica.
"Es decir, una respuesta demasiado técnica y poco política. Además, no era afecta a conversar con la oposición, parece que Dilma no es simpática con los opositores, todo lo contrario a Lula", añadió.
Rousseff fue hallada culpable de alterar los presupuestos mediante tres decretos no autorizados por el Parlamento y de contratar créditos a favor del Gobierno con la banca pública, lo cual ha negado durante todo el proceso de destitución.
En cuanto a la desmovilización del PT, Mujica también considera que "ha habido una formidable campaña por el asunto de la corrupción".
"La corrupción cubre a todos los partidos políticos de Brasil, por igual, menos a la presidenta. Lo más curioso es que la presidenta paga los platos rotos (...), nunca en la historia de Brasil se había investigado (la corrupción) como en el Gobierno de ella", agregó.
En cuanto a las consecuencias, Mujica considera que, de seguir así las cosas en América Latina, "dentro de poco", la región va a estar abrazada "con el populismo de derechas de Europa, que (...) es fascista".
"Nada podemos esperar de ese ultranacionalismo, el de Trump, el de Le Pen, el de lo que pasó en Inglaterra", agregó.
El Senado brasileño destituyó este miércoles a Rousseff con 61 votos a favor y 20 en contra, una decisión que también confirmó como presidente de Brasil a Michel Temer, quien seguirá en el poder hasta el 1 de enero de 2019.
Pese a ello, la ya expresidenta, conservará sus derechos políticos y los beneficios que la legislación le garantiza a los ex jefes de Estado.