Mujeres que no quieren tener hijos: de la libertad a la presión social

Pese a los avances en términos de igualdad, aún genera polémica la decisión de aquellas que no quieren dejar descendencia; un debate que reavivó la periodista Cristina Pérez. Qué priorizar: el mandato o la convicción personal.

Mujeres que no quieren tener hijos: de la  libertad a la presión social

Pese a que se ha avanzado en términos de libertades civiles, la mentalidad y las concepciones sociales no siempre acompañan, por lo que algunos cambios son más paulatinos y lentos. Un ejemplo de ello es la gran repercusión que tuvo la difusión del deseo de no ser madre de la periodista y escritora Cristina Pérez, lo que ha generado un fuerte debate.

La mujer de 42 años contó que ante la sugerencia de su ginecólogo de optar por la crioconservación de óvulos en caso de que se arrepintiese, ella se negó al aducir: “No soy una oveja ni un cobayo de laboratorio”.

Las redes sociales fueron escenario de expresión de diversas opiniones al respecto, en las que no faltaron los acalorados debates.

“Lo que escandaliza es la decisión de la no maternidad, lo que viene a cuestionar el mandato de que mujer es sinónimo de madre”, consideró Silvina Anfuso, directora del área de Mujeres y Género del gobierno de Mendoza.

“Las mujeres estamos manifestando que podemos entre otras cosas ser madres pero no es lo que nos constituye como tales”, subrayó. Y agregó que culpabilizar a la mujer por no querer ser madre es un mensaje de restricción para reducirla a ese rol.

En el mismo sentido opinó Leandro Ferrón, referente de la organización local Varones Antipatriarcales: “En las mujeres reproducirse es sinónimo de completarse como mujer”, afirmó, por lo que desde esa concepción que cuestiona la no maternidad “una mujer es mujer cuando es madre, si no es madre es menos que una mujer”, resumió.

Por esto, Ferrón señaló que la maternidad no es destino y si no lo es forma parte de un mandato importante, por lo cual mucha gente como no lo asume como tal no ve siquiera la posibilidad de no concretarlo.

“Hay gente que tiene hijos y nunca se plantea nada; también hay madres con hijos a las que les cuesta aceptar tenerlos (se les complica el amamantamiento o incorporarlos a su rutina), y esto es así porque nunca asumieron la maternidad”.

Libertad individual

Giovanna Carparelli (41) sabe de qué se trata esto de tomar la decisión y sostenerla frente a las presiones. “La última vez que me planteé seriamente la maternidad fue a los 38. Me senté a pensar si quería ser madre porque era el momento de tomar la decisión, pero asumí que mi deseo no está puesto ahí”.

Ella contó que su deseo fluyó siempre hacia otras cosas antes que hacia lo materno: “Fue desde chica, porque no es algo que te aparece de grande”. Giovanna explicó que desde su punto de vista hay ciertas tendencias de las mujeres a priorizar ciertos desarrollos y forma de vida que no son compatibles con la maternidad, y en pos de eso ésta se va postergando.

Por eso dejó claro que se ha encontrado con presiones, especialmente por parte de su familia, a la que finalmente no le ha quedado otra opción que aceptarlo.

“No es fácil, aunque para mí no fue tan difícil porque nunca he sido muy obediente de los mandatos sociales; uno en principio desilusiona a los padres porque tienen el deseo de tener un nieto de su hija, pero son cosas que es bueno asumir antes que no hacerse cargo del deseo que uno tiene”. Y reconoció que “es un capítulo bien importante el que uno se saltea, y soy consciente de eso”.

Como siempre, la reacción social expresa la intolerancia a quien no se ajusta a los moldes convencionales.

“Nos olvidamos de que las decisiones son algo personal y cada quien decide cómo se proyecta y se piensa: si con maternidad o no. Y en función de las posibilidades, en ese escenario hay que tener en cuenta el respeto a su decisión y no caer en prejuicios”, resumió Anfuso.

En este sentido, expresó la necesidad de empezar a correrse del prejuicio y el lugar acusatorio para posicionarse en el respeto y aceptar la disidencia frente a algunos mandatos.

Más allá del debate puntual y en relación a los dichos de Cristina Pérez, los consultados se manifestaron de acuerdo en que la ciencia aporte herramientas como la crioconservación para acompañar los procesos sociales.

Un reparto desigual

El cuidado de los hijos y lo doméstico suele recaer mayormente en la mujer. Asimismo, hay menor cuestionamiento al varón cuando no quiere ser padre.

Silvina Anfuso consideró que las mujeres han logrado más igualdad pero que esto ha implicado en muchos casos la postergación  de la maternidad o a la inversa, de sus proyectos individuales.

“Cuando se elige ser padre siempre hay una madre pero cuando se elige ser madre no siempre hay un padre para las tareas cotidianas, hasta que no se logre equidad en las responsabilidades”, dijo la funcionaria. Y señaló también que una madre es fácilmente calificada de abandónica pero a un padre que desaparece de la vida de sus hijos se lo comprende. Por estas causas, a veces la decisión es más difícil:

“Simplemente se las ubica a las mujeres en ese lugar y que se las arreglen como puedan”.

La "repudiada" decisión de Cristina Pérez

Tiempo atrás, Cristina Pérez brindó una entrevista a la revista Luz en la que contó su deseo de no ser madre. Su postura sorprendió a todos y aparentemente fue cuestionada.

Ahora, en una entrevista con la revista Gente, la periodista de Telefé se explayó al respecto: “Me impresiona que en este país eso siga siendo noticia y me hagan bullying porque elijo no ser madre”.

Pero esta vez lo llamativo no fue su decisión. Más bien lo fue una declaración que hizo cuando hablaba justamente sobre ella. “Entré en crisis y me lo cuestioné (el elegir no ser mamá). Mi ginecólogo me lo preguntaba en cada consulta y me advertía que me podía arrepentir.

Un día le dije: ‘¿Sabés qué? ¡No me lo preguntes más! Si quiero, te lo voy a decir’. Y quedamos en hablar a los 40. Ahí lo analizamos”, recordó. Y entonces llegó su polémica frase: “Le volví a decir que no quería ser madre y me habló de congelar óvulos. Le dije que no soy una oveja ni un cobayo de laboratorio”.

Luego, Pérez explicó que su decisión era porque “simplemente no tenía ganas”. Y respecto a su negación a congelar óvulos, afirmó “que no iba a hacer nada” por si se arrepentía. “Corrí el riesgo, así es la vida. Siempre hay pérdidas”, enfatizó.

Por último, se refirió otra vez al ataque que sintió al contar su deseo de no tener hijos.

“Incluso algunos me miran como si fuera una monstruosidad. A muchos les cuesta entender que yo no quiera para mi vida el formato del matrimonio. Venimos de épocas en las que vivíamos en automático. Me pregunto si la gente se casa y tiene un hijo porque realmente quiere hacerlo o si lo hace porque todo el mundo se casa y tiene un hijo”, reflexionó.

Ayer, sus palabras aun seguían siendo objeto de debate en los programas de TV.

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