Controlan el tránsito de manera paciente en las esquinas más conflictivas... Manejan enormes troles por las calles mendocinas llevando a los pasajeros a destino, acarrean en plena vendimia tachos repletos de racimos, o atienden una estación de servicio con la mejor de sus sonrisas, mientras con mano diestra controlan el aceite, cargan nafta y miden el agua.
También están aquellas mujeres que en puestos directivos altos (las menos, aún) tienen a su cargo empresas o gerencias importantes en la cadena de mando, porque si hay algo que ha sabido ganar la mujer es su espacio laboral a través del tiempo, en umbrales donde antes sólo eran pensados los varones.
“Conseguí este trabajo porque pedían chicas jóvenes que supieran o aprendieran a hacer tareas concernientes a lade un empleado de playa de estación de servicio. No lo dudé y dije que sí. El uniforme estilo promotora fue una de las reglas, y como se trataba de calzas, gorrita y una remerita, no tuve objeción alguna, ya que necesitaba el empleo y no se zafaba con la propuesta. Soy consciente de que las mujeres, además de ser capaces de realizar oficios de hombres, somos muy visuales; y eso es un elemento que nos pese, o no, muchos empleos toman en cuenta”, testimonia Claudia; una empleada de una estación de servicio de Guaymallén.
Sin embargo, hay limitaciones que muchas tienen a nivel laboral y que se emparientan a diversos motivos, que las pueden dejar fuera de juego a la hora de ser elegidas para un trabajo.
“Hay oficios predominantemente masculinos, porque están vinculados a la destreza física, o porque requieren habilidades que las mujeres no poseen en igual condición y prefieren no ocuparlos. Esto tiene que ver con habilidades, no con machismo”, argumenta la psicóloga laboral Viviana Imperiale (titular de la cátedra de Psicología Laboral en la Universidad del Aconcagua y disertante en diversos claustros académicos)
Si vamos a hablar de oficios como mecánico, gasistas o plomeros (entre muchos otros) resulta más común verlos ocupados por hombres que en mujeres. Por supuesto las excepciones existen como en todo.
“Si hablamos de cargos más complejos en las mujeres como ser Maestro Mayor de Obras pueden ser puestos que consigan. En general muchas han empezado a buscar otros espacios predominantemente masculinos, y hoy nos hemos ido acostumbrando a verlas en ellos, como cuando vemos conductoras en los medios de transporte públicos”, cuenta Imperiale.
- ¿Los lugares y empleos en general están más orientados a la búsqueda de hombres para un trabajo?
- Es lo mismo en todos los ámbitos. Hay espacios ganados más por el hombre, en donde el empleador de ese lugar espera más contar con un staff masculino, que femenino. Eso no se ha modificado.
- ¿Se trata de un tabú?
- En realidad las mujeres corren con la desventaja de que en general piden más licencias en los trabajos, por temas de cuidados de los hijos y el hogar; un rol que tienen y no dejan de lado. Se espera más que una mujer falte por el cuidado de los hijos que el hombre. Por otro lado, también es cierto que existen oficios ocupados más por ellas, que por varones.
Hay aspectos culturales muy difíciles de cambiar, y que toman su tiempo. Además a veces la mujer busca igualdad de condiciones de muchos lugares y contextos, pero le cuesta renunciar a otros. El tema es amplio y hay que ver las particularidades.
- ¿Cómo es la situación en los puestos más especializados?
- En Europa y en Italia las mujeres están siendo muy tenidas en cuenta a la hora de formar los directorios, y el staff en las empresas familiares. Justamente por sus capacidades de congeniar las distintas opiniones, y la aptitudes para lograr consenso sin ser agresivas. Esa capacidad y habilidad de las mujeres es muy tenida en cuenta y logra una ventaja competitiva.
Obviamente esto no se da en todas las empresas, y se trata de algo que está en tendencia. Cada vez más las mujeres ocupan roles en posiciones directivas o empresas familiares que antes era reservadas para los hombres.
- ¿En Mendoza hay una mayor apertura de lo que la mujer pueda hacer a la hora de un oficio o empleo jerárquico?
- No. El proceso es muy lento. Hay casos, por supuesto, pero no se puede generalizar y decir que Mendoza se ha adaptado fácilmente a estos cambios. En general se da en empresas que ya traen esta cuestión cultural de apertura y captación de habilidades intrínsecas de la mujer, y que suman un valor agregado.
Por supuesto hay rubros en los que sí puede llegar a verse que se tienen muy en cuenta las cualidades y responsabilidad de las mujeres, por ejemplo, en las trabajadoras temporarias para la cosecha; que al tener carga familiar suelen ser las que menos faltan justamente por este compromiso de vida. Se las contrata porque faltan menos que el hombre y hay mayor responsabilidad por cuidar a los otros y proveer al hogar.
Estos temas son complejos y no puede generalizarse.Tienen que ver con el nivel social, con el oficio y las competencias, los recursos o habilidades necesarias; más allá de las rasgos culturales que acompañan al modo de hacer del oficio.
