En Mendoza, las mujeres que poseen bajo nivel educativo tienen casi el doble de hijos que quienes tuvieron mayor trayectoria académica.
La paridez media de mujeres de 14 años de quienes tienen secundario incompleto o menos es de 2,6 hijos según datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de 2017, últimos con los que se cuenta.
Quienes tienen el terciario o universitario incompleto se consideran con nivel medio y en promedio tienen 1,4 hijos.
En tanto, quienes completaron estos niveles y poseen un nivel académico alto, tienen un promedio de 1,5 hijos.
En este escenario influyen diversos aspectos. Por un lado, el acceso a información y los vínculos sociales. En cuanto a los servicios de salud, la oportunidad de acceder a planificación familiar y anticoncepción. Pero también hay cuestiones culturales en la toma de decisiones, que en ciertos entornos no siempre pueden tomar libremente las mujeres, mientras que para muchas, no hay un proyecto personal fuera de la maternidad.
El embarazo adolescente adquiere un rol protagónico en esta temática. Está asociado al abandono escolar, lo cual determina que esa mujer quede con una trayectoria educativa trunca e insuficiente.
"Hay familias que prefieren llegar antes a la maternidad y no tienen como objetivo realizarse en otros planos como una carrera universitaria, porque cuando ése es el objetivo, generalmente la postergan y tienen hijos más tarde (si los tienen)", consideró Mónica Rinaldi, directora de Maternidad e Infancia.
En tanto, la tocoginecóloga Sonia Molina (jefa del programa de Salud Reproductiva de Osep) destacó la importancia del aspecto social en la planificación familiar. "Hay mujeres muy alejadas del sistema de salud, ya sea por barreras culturales (no acceden a métodos anticonceptivos), territoriales o falta de información, por eso es fundamental la educación sobre métodos y derechos reproductivos", subrayó.
Por otra parte, destacan que se atribuye a la mujer la tarea de cuidado como naturalmente dada y sobre ellas recae esta responsabilidad que en muchos casos se suma al mantenimiento del hogar. Esto suele empujarlas al plano doméstico, abandono o reducción de otras actividades.
Por eso es fundamental informar, hacer seguimiento e incluir a los varones. "Es muy importante el nivel sociocultural en este tema. Si se tiene una población medianamente educada tendrá mejor acceso a la salud", resaltó Molina.
Adolescentes
La socióloga Débora Robledo, especialista en Educación Sexual y Género, destacó que hay una correlación importante entre embarazo adolescente y abandono escolar. Dijo que en la mayoría de los casos estas circunstancias expresan desigualdades y vulneraciones de derechos previas y que la temprana llegada de un hijo en ese contexto las profundiza.
"Tiene que ver la edad y las desigualdades sociales y económicas que impactan en el acceso a la salud y la educación. En una chica de 15 ó 16 años que tiene un embarazo no planificado (algunos lo son) ves que la desigualdad era previa; ocurre en sectores medios bajos y vulnerables", expresó.
Desde que la secundaria es obligatoria, el sistema ofrece alternativas para permanecer en el colegio, pero cuando abandonan es difícil que retomen. Así, muchas veces llegan más hijos. Con una baja formación es difícil la inserción laboral. La situación se transforma en un círculo vicioso de pobreza que se reproduce y transfiere a la descendencia.
"Está probado que salir del sistema educativo implica la ocurrencia de más embarazos y que ellas no tengan la posibilidad de elegir cómo ni cuándo", apuntó finalmente la socióloga.
El desafío de evitar embarazos
Desde el ámbito de la salud aseguran que el gran desafío en el caso del embarazo adolescente es evitar un segundo cuando llegan con el primero.
Lo mismo sucede con mujeres multíparas, cuya familia no está en condiciones de hacerse cargo de más niños.
Por ello destacan que es esencial aceitar mecanismos dentro del sistema de salud para detectar estos casos, ofrecer información y acceso a métodos anticonceptivos y hacer un seguimiento.
Aseguran que, en general, cuando las personas reciben mejor información, es que eligen planificar.