Samantha Geimer, la mujer que el cineasta Roman Polanski admitió haber violado cuando ella era una adolescente hace 40 años, pidió que su caso sea cerrado argumentando que ya lo había perdonado hace mucho, informaron fuentes judiciales de Estados Unidos.
En su primera aparición pública en una audiencia judicial por el caso, que se realizó ayer en Los Ángeles, Geimer, que tenía 13 años cuando Polanski la violó en esa ciudad norteamericana en 1977, dijo que quería desde hace décadas que se cierre el juicio penal contra el director franco-polaco.
"Les imploro que consideren tomar medidas para finalmente llegar al cierre de este tema como un acto de piedad hacia mí y mi familia", expresó la mujer ante el juez del Tribunal Superior de Los Ángeles, Scott Gordon, según consignó la agencia Reuters.
Por su parte, el juez, quien en abril pasado dictaminó que Polanski no podía "aprovecharse de la corte" mientras estuviera "en desacato", señaló durante la audiencia que notificaría su decisión en una fecha próxima, sin especificarla.
Geimer justificó su pedido al plantear que "en la justicia no se trata sólo de castigos. Se trata de equidad y consideración", y al salir de la corte expresó que estaba satisfecha de "haber tenido la posibilidad de hablar y no sólo ser una espectadora".
Destacó que el caso seguía afectando su vida y la de su familia y sus tres hijos.
"Es muy vergonzoso e incómodo para ellos cuando hay periodistas estacionados afuera de casa y (...) con cámaras", señaló.
Además minimizó la gravedad de lo sucedido hace 40 años al decir que Polanski se había disculpado y que habían intercambiado correos electrónicos en los últimos años.
En tanto, el abogado de Polanski, Harland Braun, pidió ayer al juez que desclasifique la declaración bajo el acuerdo de culpabilidad de 1977, ya que espera usar el testimonio para persuadir a las autoridades europeas que anulen un pedido internacional de captura contra el cineasta.
Polanski, de 83 años, admitió haber violado a Geimer en 1977 y pasó 42 días preso. Luego se fue de Estados Unidos por temor a que se le anulara un acuerdo de culpabilidad con la fiscalía y eso lo llevara a pasar un largo período en la cárcel.
Desde entonces, el director de "Chinatown" permaneció fugitivo, apesar de que Estados Unidos intentó varias veces extraditarlo desde Europa para que enfrente a los tribunales en California.