Una mujer mató a un ladrón de un tiro

Fue en una estación de servicio de Palmira, después que el delincuente con antecedentes y un pasado en la cárcel, disparara contra ella.

Una mujer mató a un ladrón de un tiro

Un ladrón muerto de un disparo, otro que escapó a la carrera y una mujer herida de un disparo en el pie fue la escena que acaparó la atención de toda la zona Este cuando, pasado el medio día, dos sujetos que llegaron a la estación de servicio de ruta Provincial 41 en su intersección con avenida Libertador, en el distrito de Palmira, sorprendieron a la propietaria que, a bordo de un BMW (dominio GWN 930), regresaba del Centro después de realizar distintas operaciones bancarias.

Fue cerca de las 13.30, cuando Yamina Zulaiman (32), al estacionar su vehículo, fue sorprendida por uno de los sujetos que, bajo la amenaza de un arma de fuego en la mano, intentó tomar la cartera de la víctima, en la presunción que contenía dinero.

Sin embargo ante la resistencia de la mujer, el ladrón le efectuó un disparo que impactó en el pie,  situación que no le impidió a la mujer empuñar un arma que llevaba en la cartera (una pequeña pistola calibre 6.35) y dispararle a muy corta distancia. La bala impactó en el tórax del delincuente que, tras una corta carrera, cayó muerto cerca de un árbol.

El otro delincuente optó por poner distancia, dejando abandonada en el lugar la moto Bajaj, de 200 cc, sin dominio, en la que habían llegado. Según se pudo establecer después este vehículo fue robado, también en la zona Este, el pasado miércoles 6.

Alertada la policía se montó un espectacular operativo "cerrojo" para dar con el otro ladrón, pero sin resultado hasta el momento.

Mientras que en el lugar, personal de la Policía Científica comenzó las tareas periciales sobre el cuerpo del delincuente, el que fue identificado como Lorenzo Ramírez, de 44 años, conocido por el apodo de "El Pingüino", con  un importante prontuario y que no hace mucho había salido en libertad del penal mendocino. También se encontró cerca del cuerpo un arma que sería de aire comprimido, comúnmente conocida como "matagatos" y que ahora será periciada para determinar si fue la utilizada por el ladrón contra la fémina.

También encontraron impactos de bala en dos vehículos que se encontraban estacionados, lo que señala que en el lugar hubo más de dos disparos.

Algunas voces

Los comentarios, como siempre ocurre en estos casos, ganaron espacio  y trascendieron más allá de los límites de la propiedad.

Así se pudo escuchar que los delincuentes habrían venido "siguiendo" a la víctima, desde la zona bancaria, mientras que otros, opinaban que se podría tratar de un robo "al voleo", sin otra planificación que el factor sorpresa.

También se hizo referencia a que un vecino que alcanzó a ver el accionar del ladrón que escapaba lo encerró con su auto, provocando que cayera al piso abandonado la moto. Además se especulaba que el prófugo estaría herido. Ayer, en la tarde, se realizó un par de allanamientos pero que no dieron los resultados esperados, es decir dar con el otro ladrón.

Lo concreto es que la mujer,  que sería propietaria de la estación de servicio, no denunció el faltante de dinero.

La causa quedó en manos del personal de la Oficina Fiscal de Palmira que extendió su horario en tomar declaraciones y testimonios a vecinos y clientes que, en ese momento, se encontraban en la estación de servicio.

El que toma la justicia por sus manos

Según se conoce un justiciero es aquel que toma la justicia en sus propias manos y su historia se remonta en el tiempo. Surgen en las sociedades cuando la gente no encuentra respuesta a sus reclamos de seguridad o como los casos que se mencionan en este espacio, las víctimas se ven sorprendidas y encuentran en las armas el único modo de defender la vida.

Fue en junio de 1990, cuando el ingeniero Horacio Aníbal Santos (hoy de 65 años), al advertir que le robaban el pasacasete de su Renault Fuego, persiguió a los ladrones por unas 20 cuadras y al alcanzarlos los mató de un disparo a cada uno.

Se lo recuerda como el primer "justiciero". Después debido a que la inseguridad ganó espacio los casos se multiplicaron y Mendoza no fue la excepción.

El pasado mes de febrero un chico de 15 años, al advertir que siete sujetos llegaban a su casa de El Algarrobal, tomó el arma de su padre (calibre 38) y disparó al grupo, matando a uno e hiriendo a otro, mientras que el resto escapó.

Y hace un par de años, Hugo Correa, un ferretero de Las Heras, respondió la agresión de los ladrones y con un arma calibre 40 los mató a ambos. Uno murió en el lugar y el otro en un centro asistencial.

También la crónica policial hizo referencia a otro hecho, cuando Rubén Ocampo, un almacenero de Palmira (donde hoy se produjo este hecho de la nota principal) después de forcejear con los ladrones, logró arrebatarle el arma a uno de ellos y con ella disparó, matando a uno de ellos.

Sin embargo este tipo de acciones no siempre termina bien. Hace un año, Ramón Escudero, de 73 años, recibió un tiro en el pecho, cuando intentó detener a mano limpia, a un par de ladrones que habían asaltado una despensa de la Villa Teresa, en Fray Luis Beltrán.

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