Una muestra de compromiso ciudadano

A diferencia de otros años, en esta oportunidad no hubo inconvenientes para la conformación de las autoridades de mesa durante la elección en la mayoría de los distritos del país. Sucede, incluso, que hubo más inscriptos que la cantidad de mesas existente

Una muestra de compromiso ciudadano

La situación se había convertido en un problema sin solución y preocupaba a las autoridades electorales. En cada una de las elecciones desarrolladas, al menos desde la década del '90 hasta la fecha, la ausencia de autoridades de mesa era la constante.

Había demoras en la puesta en funcionamiento y, lo que es peor, como quienes faltaban eran, muchas veces, tanto el titular como el suplente, la responsabilidad solía recaer en quienes se encontraban en los primeros lugares de la fila de espera para votar, por lo cual la falta de responsabilidad ciudadana de los ausentes generaba un problema a terceros que, en muchos de los casos, desconocían el funcionamiento de las mesas electorales por no haber participado de las clases informativas previas.

Si bien es cierto que en ese cambio de actitud puede haber tenido una influencia parcial el hecho de que las autoridades de mesa perciben 250 pesos por cada elección más 50 al haber asistido al curso de formación -porque también cobrarán en octubre en las generales- no es menos real que en los últimos tiempos se está recuperando la conciencia en la democracia y que la gente sabe aprovechar el cuarto oscuro para premiar o castigar la gestión del gobierno o el accionar de la oposición.
 
Es más, mucha gente, incluyendo en ello a gran cantidad de jóvenes, ha dejado de lado la apatía para comenzar a participar en forma activa, ya sea dentro de los partidos políticos o bien con asistencia importante en el momento de los comicios.

La cantidad de jóvenes de entre 18 y 25 años de edad que se anotaron en forma voluntaria para presidir las mesas de votación llamó la atención de las autoridades electorales locales y fue el reflejo de una situación similar que se vivió en el país, donde -según se informó- fueron más de 100 mil los inscriptos para fiscalizar las 90.500 mesas habilitadas, el número más alto en la historia.

Los propios observadores señalaron sobre el particular que, a las razones económicas (el cobro por presidir la mesa) se suma el malestar social ya reflejado en las marchas de protesta y hasta la desconfianza ante posibles actos de fraude.
 
En ese sentido, desde una de las ONG que integra la Red Ser Fiscal,  se logró captar a más de 38 mil voluntarios que no cobrarán por su tarea. Por otro lado, también resultó evidente que desde el oficialismo hubo una importante convocatoria que obtuvo las respuestas esperadas.

Hay otros datos interesantes que resultan dignos de destacar, como es el hecho de que el 95 por ciento de los inscriptos no pertenece a ningún partido político, mientras que el 82 por ciento nunca había fiscalizado con antelación.

También llama la atención que, mientras no hubo inconvenientes en la integración de las autoridades de mesa, sí los tuvieron muchas agrupaciones políticas para designar a los fiscales propios, lo que llevó a muchos a establecer personas directamente a cargo de la escuela, mientras en las mesas de votación sólo quedaban los de los partidos más importantes.

En síntesis, a lo largo de los años, la ciudadanía ha dado suficientes ejemplos de madurez democrática y en gran parte de los casos ha superado al accionar de la propia dirigencia. Lo sucedido con las autoridades de mesa constituye una muestra más del compromiso adoptado para resguardar la seguridad y transparencia de una elección.

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