La Justicia liberó ayer a los cuatro policías federales que fueron detenidos al quedar involucrados en el caso del secuestro y asesinato del taxista Alberto Sarubbi, que recibió dos balazos cuando su familia estaba por pagar un rescate y la fuerza de seguridad frustró el pago, con lo cual quedó preso sólo un adolescente que iba a cobrar el dinero.
Por ahora hay dos causas: una en la que se investiga el secuestro extorsivo, donde está arrestado ese joven de 16 años y hay varios prófugos aún no identificados, y otra en la que se analiza la responsabilidad de los cuatro policías.
El caso comenzó el jueves cuando Sarubbi circulaba con su taxi Fiat Siena por la Capital Federal y varios delincuentes lo secuestraron, pidieron a su familia un rescate de 200 mil pesos -en ocho llamadas extorsivas- y lo obligaron a dirigirse hasta la zona de avenida Crovara y General Paz, en el límite del partido de La Matanza.
Después de conseguir la suma de dinero, uno de los hijos fue con la plata hasta la avenida Cristianía, en una de las entradas del barrio Villegas, en La Matanza, pero por alguna razón el pago no se concretó y la persona que iba a cobrar el dinero fue arrestada. A siete cuadras de allí el taxista fue asesinado con dos tiros en la espalda y su auto fue abandonado.
Apenas ocurrió el crimen, fueron detenidos el jefe y el subjefe de la División Antisecuestros de la Policía Federal y otros dos efectivos, porque el fiscal Carlos Stornelli los acusó de haber cortado el pago y poner potencialmente en riesgo la vida de la víctima.
La fiscal Paloma Ochoa afirmó que a los policías había que investigarlos en la misma causa del secuestro extorsivo, porque su actuación pudo haber influido en la muerte del taxista. Pero el juez Rafecas no estuvo de acuerdo y los investiga por desobediencia.