Los investigadores que trabajan con la fiscal de delitos complejos Claudia Ríos, no tienen dudas de quiénes estaban junto con Sebastián Gonella la noche del viernes en la casa del barrio Barcala de Maipú, donde el ladrón Sebastián Gonella (31) y el policía Jorge Lorenz (38) murieron después de un tiroteo.
Son tres los sujetos que buscan. Uno de los hermanos de Gonella y dos hombres más fueron los que participaron del ataque. Cuando los policías Lorenz y Héctor García llegaron fue que se produjo la balacera que terminó con Lorenz y Sebastián Gonella muertos.
En el lugar del hecho quedó el celular del ladrón, que casi de inmediato comenzó a sonar en uno de los bolsillos de su pantalón. "Lo llamaban sus amigos que no sabían que estaba muerto", contó una fuente que sigue el caso a este diario.
Con el celular en poder de la Policía todo fue un poco más sencillo. La División de Delitos Informáticos ubicó a personas que estaban vinculadas con Gonella. Pero hasta el momento no han dado con los tres que buscan y que están identificados con nombres y apellidos.
"Ayer por la mañana se hicieron dos allanamientos en Luján de Cuyo, en casas de familiares de los buscados, pero dieron resultados negativos", explicó la misma fuente.
Para los pesquisas las detenciones se podrían dar de un momento a otro.
El caso
A la casa del barrio Barcala de Maipú ingresaron tres ladrones (entre ellos Gonella) y un cuarto que se quedó en las inmediaciones en calidad de "campana" a bordo de un VW Pointer de color oscuro, en el que se cree escaparon los delincuentes.
La balacera entre los ladrones y los policías se produjo en el comedor de la vivienda. Allí sólo estaba el propietario (a quien habían golpeado brutalmente); su hija se hallaba en una de las habitaciones, por lo que no tuvo contacto directo con el hecho.
A ese lugar los ladrones llegaron luego de cruzar una puerta que da a una gomería que funciona en la casa.
Por esa misma entrada arribaron minutos después los policías Lorenz y Héctor García. Ambos patrullaban la zona cuando unos vecinos les advirtieron del posible robo e inmediatamente se dirigieron hacia allá.
Después del intercambio de disparos, en el comedor se encontró un revólver calibre 22 y varias vainas de 9 milímetros.
Si bien las pistolas que usan los efectivos son de ese calibre, quedó claro que al menos uno de los delincuentes también llevaba un arma de esas características en su poder.
Existe la posibilidad de que uno de los sujetos que huyó de la propiedad también haya sido herido. Para eso se están analizando las manchas hemáticas halladas en la casa con el objetivo de poder individualizar el perfil genético.
Entretanto, el policía García sigue hospitalizado y se recupera favorablemente. Tiene una herida cercana al hombro izquierdo, en la región supraclavicular, con orificio de entrada y de salida, además de un escoriación porque una bala le rozó la cara. El afortunado sobreviviente es un testigo de gran importancia.