El director Vicente Aranda, "uno de los grandes" del cine español, cuyos complejos personajes femeninos en películas marcadas por el erotismo y las pasiones lanzaron las carreras de actrices como Victoria Abril o Maribel Verdú, murió este martes a los 88 años.
"Ha fallecido esta mañana (...) en Madrid", declaróun portavoz de la Academia de Cine española. "Se nos ha ido uno de los grandes. Nunca perdió el hábito de hacer cine", agregó el presidente de la institución, el actor Antonio Resines, en Twitter.
Admirado por cineastas como el estadounidense Quentin Tarantino, que consideró su obra "La novia ensangrentada" (1972) una de sus "películas de referencia", Aranda, nacido el 9 de noviembre de 1926 en Barcelona, había iniciado su carrera en los años 1960 en el seno de la denominada 'Escuela de Barcelona', versión española de la 'nouvelle vague' que diez años antes había revolucionado el cine francés.
Vanguardista e incomprendida por el público, su segunda película "Fata Morgana" (1965) tuvo una muy buena acogida de la crítica.
Pero el éxito le llegó unos años más tarde con cintas como "Cambio de sexo", estrenada en 1977, tras ser rodada con una Victoria Abril quinceañera.
"En mi relación con el público me fui volviendo realista", explicaba el director en una entrevista a la radio privada Cadena Ser en noviembre de 2013.
Actriz y cineasta repetían dos años más tarde con "La muchacha de las bragas de oro", adaptación del libro homónimo del escritor Juan Marsé, que en una España recién salida del conservadurismo de la dictadura franquista (1939-1975) imprimía el fuerte carácter erótico que tendría toda la filmografía de Aranda.
"El sexo me interesa, eso por descontado", solía decir. "Creo fundamentalmente que el amor conduce al sexo y el sexo conduce al amor, indefectiblemente", explicaba.
Personajes complejos
Amor, locura, violencia, dependencia: las pasiones dominaban sus historias, ya fueran policiacas o históricas, como "Juana la loca" (2001), sobre el amor de Juana I de Castilla, hija de los reyes católicos, por su marido Felipe el Hermoso en los albores de su reinado en el siglo XVI.
Y engendraban complicados personajes femeninos para el placer de sus actrices, entre ellas Maribel Verdú, a quien dio su primera oportunidad en 1983 con tan solo 13 años y marcó definitivamente en 1991 con "Amantes" -protagonizada junto a Abril y Jorge Sanz- basada en un crimen real cometido en la España de la posguerra civil.
Premiada con los Goyas a la mejor película y al mejor director, la cinta le valió a Abril el Oso de Plata de mejor actriz en el festival de Berlín.
"Es un misterio para mí, pero la verdad es que conmigo funcionan bien la mujeres, tal vez todo sea debido a que yo siento interés (...) en saber qué pasa con ellas", decía al cineasta.
"Todos sus personajes eran muy complejos, por eso les gustaba a las mujeres tanto", recordaba Sanz este martes en la radio pública, minutos después de conocer la muerte del director que le hizo crecer como intérprete.
Fue "muy importante para mí, para mi carrera. Con él aprendí a pelear los personajes", afirmaba recordando al meticuloso director bajo cuya batuta trabajaron Antonio Banderas, Paz Vega, Ana Belén, Aitana Sánchez-Gijón o Ariadna Gil.
El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, lamentó la muerte de "una de las figuras más significadas de la renovación del cine español, que tiene lugar sobre todo a partir de la desaparición de la censura de las primeras etapas de la democracia".
A menudo inspirado en la literatura de su época, Aranda adaptó "Asesinato en el Comité Central" (1982) de Manuel Vázquez Montalbán, "La pasión turca" de Antonio Gala y otras tres novelas de Marsé: "Si te dicen que caí" (1989), "El amante bilingüe" (1992) y "Canciones de amor en Lolita's club" (2007).
En 2013 afirmaba tener "cinco guiones escritos". Sin embargo, ninguno de ellos vio la luz.
Su última película, estrenada en 2009, fue el thriller "Luna Caliente" (2009), adaptación de la novela homónima del argentino Mempo Giardinelli.